Doctor de la gracia 

Agustín, decidido a ser cristiano de forma radical, es bautizado por San Ambrosio, Obispo de Milán, la noche del 24 de abril del año 387. Contribuyó, no poco, la oración de su madre, santa Mónica.

Vuelve de manera definitiva a su África natal y funda la vida religiosa agustiniana.

En la misma ciudad donde fue ordenado presbítero estuvo de Obispo toda su vida, en Annaba de Argelia, entonces llamada Hipona, y desde la que irradió su doctrina y enseñanzas en defensa de la fe católica. 

Murió a los 76 años, tal día como hoy: 28 de agosto (430).

 

El hiponense es llamado “Doctor de la gracia”; su influencia en la liturgia de Hispania -y en todo el pensamiento cristiano- es decisiva. No podemos adentrarnos en la filosofía y en la teología sin toparnos con este gigante de la fe y la razón.

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