En el Nuevo Testamento resuena con fuerza el llamado al amor fraterno:
«Toda la Ley alcanza su plenitud en un solo precepto:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14).
«Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Pero quien aborrece a su hermano está y
camina en las tinieblas» (1 Jn 2,10-11).
«Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida,
porque amamos a los hermanos.
Quien no ama permanece en la muerte» (1 Jn 3,14).
«Quien no ama a su hermano, a quien ve,
no puede amar a Dios, a quien no ve» (1 Jn 4,20)
Textos para meditar y cotejar nuestra vida…
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Misa Hispana en Valladolid:
«Shemá, Israel, el Señor es nuestro Diós. El Señor uno es.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu alma y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Y el segundo es semejante: amarás al prójimo como a ti mismo.»
Esta bella exhortación era recitada dos veces al día por los judios y era la plegaria mas sagrada.