1812
La inauguración o bendición del árbol de Navidad
se ha realizado en la tradición católica en varias fechas:
el día de san Nicolás (6 dic.),
el día de santa Lucía (13 dic. ),
en la víspera o el día de la Virgen de la Esperanza (18 dic).
En los hogares su colocación se presta a un acto de oración familiar.
Los documentos de la Iglesia reconocen
que el abeto o el pino es un signo
que evoca tanto el árbol de la vida,
plantado en el jardín del Edén (cfr. Gn 2,9),
como el árbol de la cruz,
adquiriendo, así, un significado cristológico:
Cristo es el verdadero árbol de la vida,
nacido de nuestro linaje,
de la tierra virgen Santa María,
árbol siempre verde, fecundo en frutos.
El adorno cristiano del árbol,
según los evangelizadores de los países nórdicos,
consta de manzanas y dulces
que cuelgan de sus ramas.
Se pueden añadir otros «dones»;
sin embargo,
entre los regalos colocados bajo el árbol de Navidad
no deberían faltar los regalos para los pobres:
ellos forman parte de toda familia cristiana.
Conocemos personas que colocan el arbol de navidad por costumbre, pero seguro que recordamos y conocemos quien lo instala y adorna con ilusión, cariño y ternura. Lo mismo que con el «belen» o nacimiento.
Pienso que hay un paralelismo entre el arbol y quien lo «monta».
La frescura y el brillo de las verdes ramas son reflejo de la frescura y mirada viva de la persona. El adorno domestico es paralelo a las personas que «adornan» la casa con su sonrisa y afecto, y los regalos que se dejan junto al tronco no son nada comparados con los regalos de amistad, cariño e ilusión que aportan …aquellos que viven para hacer felices a los cercanos.
Durante las fiestas de preparación y durante la Navidad hay gente que se queja continuamente y hay personas que alientan y animan…y abrazan, aunque en algún momento esten tristes y cansadas. Me apunto a lo segundo.
El árbol de Pascuas
Con sus ramas siempre verdes que representan la vida eterna y las luces que representan a Jesús, la Luz del Mundo.