El Árbol del Paraíso

«Tres árboles:
el del bien y el del mal,
el de la vida
y el de la cruz,
plantados en medio del lugar sa­grado,
van a quedar fusionados en uno solo,
en el árbol de la salvación, madero de vida,
visión escatológica del final de los tiempos descrita en el Apocalipsis». 

F. J. Fernández Conde y L. Arias Páramo

Hoy recordamos a Santa Catalina de Alejandría (+ 310);
una de las llamadas «santas auxiliadoras».
Algunos calendarios hispanos (Silos, Compostela, León)
celebran hoy una memoria de San Salvador.

 

 

Para rezar
o bendecir a Dios por el árbol de Pascuas 

 

Esperando participar del árbol de la Vida,
nos reunimos en el nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo.  Amén.

Comenzamos escuchando con atención la profecía de Isaías:
«Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano,
con el ciprés y el abeto y el pino,
para adornar el lugar de mi santuario,
el lugar donde he puesto mi trono» (Is 60,13).
V./ Se alegran los árboles del bosque
R./ Ante el Señor que viene (Sal 95,12-13).
V./ Cargado con nuestros pecados
R/ Subió al árbol de la cruz (cf. 1 Ped 2, 24a) 

Se pueden realizar algunas peticiones que concluyen con el Padre Nuestro.
Quien dirige la oración sigue con una de estas plegarias: 

Señor Dios nuestro,
te alabamos por la luz de la creación:
el sol, la luna y las estrellas de la noche.
Te alabamos por la luz que vino de Israel:
la Ley, los profetas y la sabiduría de la Escritura.
Te alabamos por Jesucristo, tu Hijo:
Él es el Enmanuel,
Dios con nosotros, Príncipe de la Paz,
que nos colma de tu amor admirable.
Señor Dios,
derrama tu bendición
sobre nosotros
que hemos iluminado este árbol.
Que sus luces sean un signo de la alegría
que llena nuestros corazones.
A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

O bien:

Señor Santo,
nos preparamos a celebrar con alegría el nacimiento de tu Hijo
que nos rescató de las tinieblas del pecado
haciendo de la Cruz un árbol de vida y de luz.
Que este árbol, engalanado de esplendor,
nos recuerde la cruz vivificante de Cristo
para que siempre nos gocemos en la nueva vida
que brilla en nuestros corazones.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

V./ Aplaudirán todos los árboles del bosque (Is 55,12)
R./ Ante las maravillas que hizo el Señor (cf. Sal 76, 12.15).

Se puede concluir con un canto adecuado o un villancico. 

AUDICIÓN: O abies (Oh abeto)

 


Para rezar cada día:

Red mundial de oración por del Papa

 

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