El Árbol es un símbolo de Cristo

«El árbol de Navidad es hoy un signo fuertemente evocador,
bastante extendido en los ambientes cristianos;
evoca tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén (cfr. Gn 2,9),
como el árbol de la cruz,
y adquiere así un significado cristológico:
Cristo es el verdadero árbol de la vida,
nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa María,
árbol siempre verde, fecundo en frutos.
El adorno cristiano del árbol, según los evangelizadores de los países nórdicos,
consta de manzanas y dulces que cuelgan de sus ramos.
Se pueden añadir otros «dones»;
sin embargo, entre los regalos colocados bajo el árbol de Navidad
no deberían faltar los regalos para los pobres:
ellos forman parte de toda familia cristiana
(Sta. Sede, Directorio de la Piedad Popular y la Liturgia, n. 109).

 

Árbol de Pascuas en la Catedral Metropolitana de Madrid

 

***

Para rezar o bendecir a Dios por el árbol de Pascuas

V./ Aplaudirán todos los árboles del bosque (Is 55,12)
R./ Ante las maravillas que hizo el Señor (cf. Sal 76, 12.15).

Comenzamos escuchado con atención la profecía de Isaías:

«Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano,
con el ciprés y el abeto y el pino,
para adornar el lugar de mi santuario, el lugar donde he puesto mi trono» (Is 60,13).

V./ Se alegran los árboles del bosque
R./ Ante el Señor que viene (Sal 95,12-13).
V./ Cargado con nuestros pecados
R/ Subió al árbol de la cruz (cf. 1 Ped 2,24a)

Señor Dios nuestro,
te alabamos por la luz de la creación:
el sol, la luna y las estrellas de la noche.
Te alabamos por la luz que vino de Israel:
la Ley, los profetas y la sabiduría de la Escritura.
Te alabamos por Jesucristo, tu Hijo:
Él es el Enmanuel,
Dios con nosotros, Príncipe de la Paz,
que nos colma de tu amor admirable.

Señor Dios,
derrama tu bendición
sobre nosotros
que hemos iluminado este árbol.
Que sus luces sean un signo de la alegría
que llena nuestros corazones.

Gloria a Él por los siglos de los siglos. Amén.

Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen:
Con la esperanza en el árbol de la Vida,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

***

Esta oración se puede rezar en el hogar al encender el árbol familiar.

***

Nosotros no ponemos el árbol sino como un referente a Cristo, el árbol de la Vida, la luz de nuestra existencia, la roca de nuestra fe… No veneramos árboles o rocas o fuentes. Tampoco encendemos cirios sino como un reflejo de la luz que es Jesús el Hijo de Dios.

Son cosas que debemos recordar y difundir en estos días.

Esta es la fe cristiana que san Martín de Dumio o de Braga enseñaba a los pueblos suevos (Noroeste de España y Portugal):

«RECORDAD el compromiso y confesión que habéis hecho vosotros ante Dios y cómo alguno de vosotros que renunciasteis al diablo y a sus ángeles, a darles culto y a sus obras malas, ahora volvéis a caer en las idolatrías diabólicas. 

Pues bien, encender cirios a las piedras, a los árboles, a las fuentes y por las plazas 

¿qué otra cosa es si no veneración a los diablos? 

Observar la adivinación, los augurios y los días de los ídolos, ¿qué es si no veneración al diablo? 

Poner a las mujeres el nombre de Minerva en sus capas; observar y dedicar el día de Venus a los casamientos; fijarse en el día en que se sale de viaje, ¿qué es si no veneración al diablo? Encantar las hierbas de los demonios ¿qué es si no veneración al diablo? Y otras muchas cosas que sería largo de narrar. 

¡Mirad que hacéis todas estas cosas después de haber renunciado al diablo! 

Y volviendo a la veneración de los demonios y a sus malas obras, fuisteis infieles a vuestra fe y rompisteis el pacto que habéis hecho con Dios, abandonasteis el signo de la cruz recibido en el bautismo y prestasteis atención al vuelo de las aves y a los estornudos, y a otros signos del diablo. 

¿Por qué a mí o a cualquier otro cristiano recto no nos dañan los augurios? Porque cuando uno está pertrechado con el signo de la cruz, nada es posible al diablo. 

¿Por qué, entonces, os daña a vosotros? Porque despreciasteis la señal de la cruz y no respetáis lo que vosotros mismo habéis tomado como vuestra señal. 

De igual manera abandonasteis el santo encantamiento, esto es, el símbolo que recibisteis en vuestro bautismo, que es el Credo in Deum Patrem Omnipotentem y la oración dominical, saber, el Pater noster qui est in coelis, y guardáis los encantamientos y los atavismos diabólicos.

 Por tanto, quienquiera que, habiendo despreciado el signo de la cruz de Cristo, mira a otros signos, perdió lo que recibió en el bautismo. 

De igual manera, también quien guarda los otros encantamientos inventados por los magos y brujos pierde el santo encantamiento del símbolo y de la oración dominical que recibió con la fe de Cristo y pisoteó ésta a un mismo tiempo».

(Catequesis a los suevos que seguían creyendo en encantamientos) 

1 comentario en “El Árbol es un símbolo de Cristo

  1. Repito porque resuena.

    «Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano,
    con el «ciprés y el abeto y el cedro,»
    para adornar el lugar de mi santuario, el lugar donde he puesto mi trono»

    Se alegran los árboles del bosque.

    Cada árbol, es una oración.

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