Así dice el Señor:
«Parte tu pan con el hambriento,
hospeda a los pobres sin techo,
viste al que ves desnudo,
y no te cierres a tu propia carne.

Entonces romperá tu luz como la aurora,
en seguida te brotará la carne sana;
te abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.

Entonces clamarás al Señor,
y te responderá;
gritarás,
y te dirá:
«Aquí estoy».

Cuando destierres de ti la opresión,
el gesto amenazador y la maledicencia,
cuando partas tu pan con el hambriento
y sacies el estómago del indigente,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad se volverá mediodía».
(Is 58,13ss)

***
—«Vosotros sois la sal de la tierra.
Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo.
No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín,
sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».
(Mt 5,13ss)

Estamos respondiendo a las peticiones de oración que llegan a esta página. Intenciones que incorporamos cada martes a la misa celebrada en Rito hispano en la Basílica de la Concepción. Estamos orando por Ucrania, China, Venezuela y Nicaragua. Ahora añadimos una Letanía por Iraq.

Para que haya paz duradera en esta antigua tierra –
Señor, escúchanos.
Para que todas las autoridades tengan sabiduría y compasión –
Señor, escúchanos.
Para que el consuelo llegue a las familias separadas o apesadumbradas –
Señor, escúchanos.
Por la liberación de los cautivos –
Señor, escúchanos.
Para que haya seguridad en todas las comunidades de minorías —
Señor, escúchanos.
Por el alivio para los fatigados y la curación para los enfermos –
Señor, escúchanos.
Por la permanente fidelidad de las antiguas iglesias de esta tierra –
Señor, escúchanos.
Por la firmeza de espíritu para los pequeños grupos cristianos –
Señor, escúchanos.
Por el mutuo enriquecimiento y apoyo
de aquellos que pertenecen a tradiciones cristianas diferentes –
Señor, escúchanos.

A Ti, Señor de todas las cosas, te reconocemos y aceptamos;
A Ti, Señor Jesús, te glorificamos;
Porque Tú eres la vida de nuestros cuerpos
y el Salvador de nuestras almas. Amén.

Canceles del santuario de una iglesia de Rito hispano en Algezares (Murcia).

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En la liturgia eucarística hay dos epíclesis o invocaciones al Espíritu.
En la primera se pide al Espíritu que el pan y el vino
se conviertan sacramentalmente en el Cuerpo y la Sangre del Señor resucitado.
En la segunda epíclesis se invoca al Espíritu para que la comunidad se convierta
en el cuerpo eclesial del Señor.

¿Sabemos reconocerlas en cada celebración?

<Aleluya> en el Antifonario «mozárabe» de León.

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Hace pocos días hemos celebrado el día 2 de febrero, Jornada de la Vida Consagrada.
La Hna. Carolina Blázquez, o.s.a., en la Cátedra de san Dámaso: