El Resucitado fue el crucificado

Cruz gloriosa del monasterio Benedictinas de la Natividad de Ntro. Sr. Jesucristo La Piovera / Madrid

Padre,
Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
en quien, al ser crucificado,
se manifestó realmente la debilidad de su carne,
y, en quien, mientras vivió,
permaneció escondida la fuerza de la divinidad.

Como hombre poseía lo que es propio del hombre
en su auténtica naturaleza humana;
y como Dios lo que es propio de Dios,
en la autenticidad de la sustancia divina.

Demostró la realidad de su cuerpo al ser herido,
su impasibilidad en la fuerza que lo sostuvo,
y apareció en la muerte como ¡mortal.
Así, experimentando la muerte, pudo vencerla muriendo,
pudo asegurar la vida a los fieles sufriendo
resucitando de entre los muertos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *