El siete, número «apocalíptico»

Este Himno litúrgico atribuido a san Beato de Liébana
es un buen texto para orar despacio.
Está impregnado de la espiritualidad del Apocalipsis:

 

A ti Cristo Jesús, alfa y omega,
señor omnipotente otrora en el sepulcro
y vivo para siempre,
testigo fiel y origen verdadero,
innúmeras legiones de ángeles
te celebran a coro alabándote con sus cánticos.

 

Que te deshiciste del príncipe de este mundo
redimiendo al mundo con tu sangre santa.
Tú eres santo y realmente Hijo del Ingénito
que franqueas lo oculto y ocultas lo manifiesto
y haces de nosotros sacerdocio del reino de Dios.

 

Tú eres el verdadero cordero, el único sin mancha
que está situado en el trono a la diestra del Padre
y el único que dejó el tabernáculo paterno,
como el jaspe y las ágatas,
nimbado por el arco iris, orlado de esmeraldas

 

Tú, dado en prenda por Dios
e hijo del hombre, fuiste hallado digno de desatar
los precintos del libro sellado con los siete sellos.
Eres el poderoso cordero inmolado de siete cuernos,
brillante con siete llamas.

 

De tu trono emanan rayos y truenos,
ante él arden siete lámparas
y allí están los siete ángeles enviados de Dios;
siete estrellas brillan a la diestra del cordero
y ante él siete candelabros de oro.

 

Sentados en su torno veinticuatro ancianos,
revestidos todos de túnicas blancas
y coronados con diademas de oro
que llevan vasos de oro con perfumes
y a ritmo entonan salmos con las cítaras.

 

Delante del trono brilla un mar de vidrio,
cuatro esforzados y otros tantos animales.
Uno tenía aspecto de hombre, otro bramaba como un león,
el becerro con su hocico significa el sacerdocio
y otro volaba como un águila en dirección a los astros.

 

Cuatro seres con seis pares de alas cada uno,
llenos de ojos por delante y por detrás,
siempre vigilantes y sin reposar nunca
proclaman a coro sin cesar: “santo, santo, santo”
a quien era, al que es y al que vendrá.

 

Gloria al Padre, alabanza y sabiduría al Cordero
que se sienta en los cielos sobre el trono
y que reina con el Padre y con el Espíritu Santo,
Dios que es uno y trino
por los siglos de los siglos.

Amén.

(Traducción del latín: C. Arana Tarazona)

Beato subraya la importancia del número siete en el último libro de la Biblia.
Repasamos ahora algunas referencias al número <siete> en este libro de la Revelación (Apocalipsis):
  1. 1,4 … Juan, a las siete iglesias que están en Asia
  2. 1,12 … vi siete candeleros de oro
  3. 1,16 … Tenía en su diestra siete estrellas
  4. 3,1 … El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice…
  5. 4,5 … delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios
  6. 5,1 … un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos
  7. 5,6 … un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos: los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra
  8. 8,2 … Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas
  9. 10,3 … se escuchó el tronar de siete truenos
  10. 12,3 …  un gran dragón rojo de siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas
  11. 16,1 … Escuché una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios
  12. 17,9-11 … las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes…

1 comentario en “El siete, número «apocalíptico»

  1. Siete iglesias, siete ángeles.
    Salmos con salterios.

    Sentados en su torno veinticuatro ancianos,

    revestidos todos de túnicas blancas
    y coronados con diademas de oro

    que llevan vasos de oro con perfumes

    y a ritmo entonan salmos con las cítaras.

     

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