El «Tetramorfos»


Cruz con el Tetramorfos incisa en altar de la parroquia Ntra. Sra. del Carmen (El Plantío/Madrid)
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“Delante del Trono brilla un mar de vidrio,
cuatro seres evocando criaturas animales:   
uno tenía aspecto humano,
otro rugía como un león,
el becerro significa el sacerdocio
y otro volaba como un águila
en dirección a los astros.

Cuatro seres con seis pares de alas cada uno…
proclaman a coro sin cesar:
“Santo, Santo, Santo”
Al que era, al que es y al que vendrá.

Sentados en torno veinticuatro ancianos,
revestidos todos de túnicas blancas y coronas doradas
quemando incienso en vasos dorados
entonan salmos al son de sus cítaras”.
Del himno hispano-mozárabe Te centies mille legionum angeli 
en Hymnodia Gotica, pp. 88-89; Breviarium Gothicum, ff. 382-383.

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Catequesis sobre el tema:
<La palabra ‘tetramorfo’ etimológicamente indica una representación de cuatro elementos.
En la tradición cristiana, el profeta Ezequiel describe cuatro criaturas con cara humana y apariencia animal.
Ya en la edad media, se asocian a los cuatro evangelistas, representados alrededor de Cristo. […]
El león representa a Marcos porque su Evangelio comienza hablando de San Juan Bautista, que clama en el desierto.
Su voz es como la del león, un animal fuerte y noble, como lo será Jesús. [Otros afirman que el símbolo se debe a que Marcos inicia la presentación de Cristo en el desierto entre bestias salvajes].
El toro es Lucas porque empieza hablando del sacrificio de Zacarías a Dios y el toro es el símbolo del sacrificio, el deseo de una vida espiritual que permite al hombre triunfar por encima de las pasiones animales y obtener la paz.
El águila simboliza a Juan porque esta ave se considerada un animal sabio y clarividente, que cuando vuela mira directamente al sol, y el Evangelio de Juan es más abstracto y teológico que los demás.

Finalmente, el ángel es Mateo, porque es el único que habla de la genealogía de Cristo, el Hijo del Hombre, y además representa el amor divino, enviado por los ángeles (mensajeros de Cristo) a los humanos>.
El tetramorfos


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La Cincuentena pascual es un tiempo adecuado
para peregrinar a la fuente de nuestro propio bautismo.
Podemos ir en familia a las diferentes parroquias
donde hemos recibido el Sacramento de la Vida eterna.
En Madrid es tradicional acudir a la Ermita de san Isidro 
y, ante el agua de la fuente del Santo,
confesar la fe (Credo) y recitar la plegaria del Señor (Padrenuestro).

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1 comentario en “El «Tetramorfos»

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