Recordando a la madrileña mozárabe,
-esposa de san Isidro-
rezamos así con este texto de nuestra liturgia:
Oh Dios, tú eres la alabanza
de los que confiesan tu nombre en el matrimonio
y la corona de los que combaten denodadamente;
concédenos, te rogarnos,
cuanto te piden nuestros labios.
Que nuestra lengua proclame la alabanza de tus testigos
y nuestro compromiso dé frutos de buenas obras.
R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro,
en cuya presencia recitamos los nombres
de los santos Apóstoles y Mártires,
Confesores y Vírgenes.
R/. Amén.
Los que confiesan tu nombre en matrimonio.
Los que combaten denodadamente.
Aupa los laicos… en matrimonio.
Labios y lengua alaben a tus testigos.
Comprometidos, demos frutos de buenas obras.
Bien. Ojalá sea.
Saludos, María de la Cabeza.