Al término, con Jesucristo entre las cejas y los pliegues del pericardio, necesité leer los Hechos de los Apóstoles de inmediato. La cosa pega un cambio radical y aparece Saulo-Pablo y con él la salvación a los «otros», es decir nos-otros.
Estamos occidentalizados de nacimiento y Roma pesa mucho, pero hay mucho «oriente» es nuestra raíz. El Mediterráneo no es sólo el estrecho de Gibraltar.
Al término, con Jesucristo entre las cejas y los pliegues del pericardio, necesité leer los Hechos de los Apóstoles de inmediato. La cosa pega un cambio radical y aparece Saulo-Pablo y con él la salvación a los «otros», es decir nos-otros.
Estamos occidentalizados de nacimiento y Roma pesa mucho, pero hay mucho «oriente» es nuestra raíz. El Mediterráneo no es sólo el estrecho de Gibraltar.