Esther, figura de María

 

Cuando peregrinamos a Tierra Santa evocamos las figuras de las santas mujeres cuyas alabanzas canta la Escritura.
Allí, no pocas veces, uno se maravilla de la poca formación de algunos jóvenes.
En torno a la imagen de la Dormición de María (Basílica Santa Sión) se encuentran los mosaicos de algunas mujeres: Eva, Myrian, Esther, Yael, etc.
No todos saben identificarlas y, menos aún, decir algo sobre ellas.
En estos días de agosto, antes de la solemnidad de la Asunción podemos recordarlas.
He vuelto al libro de «Historia Sagrada» que leíamos en la catequesis.
De allí copio esta historia para que Ester y Mardoqueo sean, otra vez, parte de nuestra propia historia:

«No todos los hebreos volvieron a Jerusalén, sino que algunos se quedaron viviendo con los persas. Entre ellos estaba una joven llamada Ester, que se quedó con su tío Mardoqueo.

El rey de los persas se llamaba Asuero. Un día fue Ester a la corte y Asuero, al verla, se enamoró de ella y se casaron. Ester no dijo que era judía. Pero resulta que Amán, favorito del rey, como era muy orgulloso, mandó que todo el mundo se arrodillara ante él y Mardoqueo se negó a hacerlo.

Amán se enfureció y pidió a Asuero que todos los judíos fuesen condenados a muerte, porque, según dijo él, no querían obedecer al rey. El rey siguió su consejo.

Cuando se enteró Mardoqueo, pidió a Ester que fuese a ver a Asuero par que los perdonase. Ester no se atrevía. Pero cuando pensó en los sufrimientos de los judíos se decidió. A pesar de que el rey lo había prohibido, entró en la sal. En cuanto la vio Asuero se enfadó tanto que Ester se desmayó. Entonces el rey dijo: «No te preocupes que esta ley no es para ti. ¿Qué quieres?» Y Ester le contestó: «Desearía que mañana comieses conmigo y con Amán» El rey aceptó.

Asuero no pudo dormir aquella noche, y pidió que le leyesen las cosas que habían sucedido en su reinado. Cuando se enteró de que Mardoqueo le había salvado en cierta ocasión de morir asesinado, dijo «¿Qué premio se le ha dado a ese hombre?» «Ninguno», le contestaron.

Por la mañana se presentó Amán con el decreto que condenaba a los judíos, y el rey le dijo: «Oye, Amán, ¿qué debe hacerse con aquel a quien el rey quiere premiar?» Y Amán creyendo que se trataba de él, le contestó: «A ese hombre hay que vestirlo con el manto real, ponerle en la cabeza la corona de rey y hacerle pasear a caballo por la ciudad mientras un criado va gritando: «¡He aquí el hombre a quien el rey quiere premiar!»

«Perfectamente – dijo Asuero – Vete y haz esto con Mardoqueo el judío.» Amán se moría de rabia, pero no tuvo más remedio que obedecer.

Luego, en el banquete, Ester le dijo al rey: «Señor, perdóname la vida a mí y a todos los judíos porque estamos condenados a muerte.»

«¿Y quién se atreve a mandar eso?», preguntó Asuero.

«Aquí le tienes» contestó Ester, señalando a Amán.

El rey, indignado, mando que ahorcasen a Amán y Mardoqueo ocupó su puesto».

Aquellas lecturas continuaban así:

«RECUERDA QUE…

… Los judíos que volvieron a Palestina eligieron como rey a Nehemías.
… Se calcula que volvieron tan sólo unos 40.000 judíos del cautiverio.
Los demás prefirieron quedarse en el país.
… Ester se parece a la Santísima Virgen.
Ester defendió a los judíos contra el odio de Amán.
La Virgen María nos defiende de nuestro mayor enemigo, que es el demonio.

¡VAMOS A VER!

1. ¿Cómo se llamaba el rey de los persas en tiempo de Ester?
2. ¿Qué mandó Amán?
3. ¿Qué hizo Ester?
4. ¿Qué hizo Asuero cuando Amán se presentó con el decreto?
5. ¿Cómo murió Amán?»

En fin, un precioso recuerdo de las catequesis de la infancia que sirve para hoy…

Cf. Historia Sagrada (Adapta: José A. Garmendia Galdós s.m.), Ed. SM, 1962

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Hoy celebramos a san Juan María Vianney, Cura Párroco de Ars (Francia).

 

1 comentario en “Esther, figura de María

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