2 comentarios en “Esto pensamos del rito hispano

  1. Llevo días pensando en esta frase. Y como no estar de acuerdo. Fuego y cenizas.
    Pero algo me revuelve por dentro, porque fuego y cenizas son lo mismo en una secuencia temporal. Y nos llevamos a engaño si pensamos que lo que quema el fuego no se hace cenizas. Y lo que se quema somos nosotros. Y a nada que nos descuidamos nos convertimos en ceniza.
    El fuego es el espíritu, el viento, el aliento que ha soplado sobre los rescodos aún calientes por dentro, las brasas, o sopla sobre las cenizas frías y las dispersa sin dejar huella.
    Es de fuego la amistad y fidelidad de Abrahan. Es de fuego que no produce cenizas la zarza del dubitativo y tenaz Moisés. Es de fuego el jovial, bailarín, apasionado y pecador David. Hay fuego en tantas palabras desgarradors y tiernas de los Isaías. Es de fuego el corazón de los dos de Emaus cuando les hablaba el Resucitado con cuerpo…
    La tradición no es un mero recuerdo de una gloriosa época. Es revivir apasionadamente, «con fuoco» que diría una partitura musical que busca la vida, haciendo presente lo que alguien creó y trasmitió.
    La música antigua no existe, existen los códices antiguos, y cuando se interpretan se produce música actual que dura lo que la pasión del intérprete y del melómano dura. La eucaristía no es la repetión de lo que nos cuentan que pasó un jueves, sino el ardor de una asamblea presidida por un pastor, que hace realidad y presencia el fuego del Espíritu vivo.
    Esa es la herencia y la tradición, quemar de nuevo y contínuamente, no sin euforia, no sin emoción, no sin el viento que aviva la brasa para hacer fuego. Y esto es contagioso, por eso hace falta la asamblea y el pastor, todos jóvenes de espíritu dispuestos a arder de gratitud y amor, rejuveneciendo.
    Si no hay viento y fuego en Gothia, si no hay ardor los martes a las 19horas, solo habrá un curioso espectáculo bello, lleno de ancianos.
    Disculpar las incorrecciones teológicas, en especial los liturgistas doctos.
    La frase de Chesterton requiere una reunión y reflexión en grupo, que daría mucho juego a compartir pensamientos, testimonios y experiencias vitales de la fe y las opciones y actitudes personales. Sería feliz con ello. Un abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *