Iniciando agosto


Antiguos calendarios recuerdan hoy el martirio
de los siete hermanos Macabeos con su madre:
un testimonio de fidelidad a la Ley de Dios y
de esperanza en la resurrección,
en la Primera Alianza.
En los momentos de persecución
el relato pone de manifiesto el valor
de una madre creyente.
Leemos 2º libros de Macabeos cap. 7.

El rey [Antíoco] mandó a la madre que aconsejara al joven que salvara su vida.
Tanto le insistieron, que ella al fin consintió en hablar a su hijo.
Se inclinó hacia él y, burlándose del cruel tirano,
dijo al hijo en su lengua materna:
«Hijo, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en mi seno,
que te di el pecho durante tres años, y que te he criado
y educado hasta la edad que ahora tienes.
Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra,
que veas todo lo que hay en ellos
y entiendas que de la nada Dios lo hizo todo;
y que de la misma manera creó el género humano.
No temas a este verdugo;
muéstrate digno de tus hermanos y acepta la muerte,
para que por la misericordia de Dios yo te recobre junto con ellos.
(2 Mac 7, 25ss)

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La imagen yacente de la Virgen
se expone en el museo del Monasterio de Ntra. Sra. de la Visitación
(Descalzas Reales, Madrid).

Comienza hoy la quincena de preparación a la gran fiesta de
la Asunción de María, llamada en algunos calendarios hispanos como
«Sancte Marie Dormicio». Una solemnidad que, de alguna manera,
se prolonga hasta el 22 de agosto, denominada antiguamente
«Octave Sancte Marie».

AUDICIÓN:
Ave maris Stella y Cantiga 422

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1 comentario en “Iniciando agosto

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