Invocación eucarística hispano-visigótica


Estas son, Señor,
las auténticas ofrendas del nuevo Testamento,
por las que, reconciliando contigo al género humano,
se han borrado los crímenes de todo el mundo.

Este doble don obtenido de ti,
que te ofreció Melquisedec,
aquel sacerdote tipo, como a Señor del cielo,
como un pronóstico de lo que nosotros
debíamos ofrecerte en la realidad.

Santifique estos sacrificios que te ofrecemos,
el Espíritu Santo, que procede de ti y del Padre,
y los haga plenamente conformes con tu cuerpo y sangre,
para que estos tres elementos, cuerpo, sangre y agua,
por los que somos lavados, apacentados y sanados,
expulsen al momento
las enfermedades de quienes los reciban
y nos apliquen la salud que nunca se acaba.
R/. Amén.

2 comentarios en “Invocación eucarística hispano-visigótica

  1. Sorprendente, una vez mas, la redacción de esta hispana oración eucarística. La manera de escribir, o traducir del latín, hace sentir matices nuevos.
    La importancia del agua, cuando estamos acostumbrados a oír «cuerpo y sangre». Su relación con ser lavados y sanados, pero también apacentados.
    Y hoy, que estamos cerca de la enfermedad sociológica del desequilibrio y de la huída hacia el futuro, de la impaciencia, de los afectos alterables, etc y muchos etcs… pedir que esos tres elementos «expulsen al momento las enfermedades» es emocionante. Sintoniza con las lecturas del evangelio de Marcos estos días, Jesús expulsando espíritus inmundos.
    Buenas noches

  2. La imagen del pelícano es preciosa.
    Dice una canción del trovero rey Teobaldo I de Navarra: DIOS (CRISTO) es como el pelícano, cuando sus hijos no tienen alimento es capaz de herirse con el pico para con su sangre mantenerles con vida.

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