Patena vítrea para la Eucaristía (s. VI) encontrada en Utrera (Sevilla).
***
Cyrillonas (Qürillóná, 396 c.), uno de los primeros poetas siríacos,
probablemente sobrino de san Efrén,
pone en boca del Señor, después de acabar la cena pascual,
estas palabras:
“Esta será, en mi Iglesia, mi excelsa memoria;
y, en la tierra entera, ésta será la Pascua.
Este día será para vosotros santo,
bendito y glorioso entre todos los días.
en él serán consolados los que sufren,
aliviados los oprimidos,
redimidos los atormentados.
En él alcanzarán la libertad los cautivos.
En él será consagrada el agua visible del bautismo.
En él se rejuvenecerán
los que envejecieron en el pecado,
se multiplicarán mis hijos sobre la tierra
y serán llevados al cielo los hombres”.
La Pascua de Cristo es eficaz en cada generación cristiana
por medio de la presencia del Señor
en los signos sacramentales de su Iglesia.
Oraciones hispanas para rezar en este Jueves de la traición y de la entrega:
Acepta benigno, Dios clementísimo,
y acoge propicio estas súplicas…
Te las presenta en tu santa Iglesia católica
el ministerio de tus sacerdotes,
en honor y en conmemoración de tus santos,
para alejar cualquier desastre o calamidad
y obtener la salvación de los pueblos,
para evitar todo peligro de muerte,
para la reconciliación y el perdón de los pecados,
para alcanzar el consuelo de la paz
y concédenos poder llevar una vida intachable. R/. Amén.
Porque tú eres la vida de los que viven,
la salud de los enfermos,
y el descanso de todos los fieles difuntos
por todos los siglos de los siglos. R/. Amén.
***
La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres
desde la Misa vespertina del jueves “en la Cena del Señor”,
hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección.
Este período de tiempo se denomina justamente
el “Triduo del crucificado, sepultado y resucitado”;
se llama también “Triduo Pascual”,
porque con su celebración se hace presente y se realiza
el misterio de la Pascua,
es decir, el tránsito del Señor de este mundo al Padre.
En esta celebración del misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales,
la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo.
(Fiestas Pascuales, n. 38)
Lamentación de Jeremías. Jueves Santo.
Mozárabe.
https://youtu.be/Q9j5qhNGTzk
Eliliana Iohr. «Los misterios de la Pascua» 1957. (p.156)
…»Todavía sigue lamen-
tándose Jerusalén, sigue lamentándose Judá; y se
lamentan también todos los pueblos y épocas, se
lamenta la humanidad entera. Nos lamentamos tam-
bién nosotros, y por todos nosotros se lamenta la
verdadera y eterna esposa, la que ha permanecido
fiel, la Ecclesia.
Se lamenta aquí y ahora, en las Tinieblas del
Jueves Santo, ante la faz de Dios, por los pecados
de la hija de Sión, por los pecados del mundo, y en
primer lugar por los pecados de todos sus hijos.
Ella, la Ecclesia de Dios, la iniciada en su misterioso
designio —está sentada, en esta vigilia, sobre las
ruinas de los tiempos y llora el pecado de todos los
hombres. Llora por sí y por sus hijos: llora también
por los que no tienen lágrimas, llora de misericordia
por éstos que son los más desgraciados: pero Hora
mucho mis todavía por amor a Cristo, su Esposo.
Llora viéndole esta noche postrado en el Huerto de
los Olivos, abandonado por los más fieles de los
suyos, traicionado por su Apóstol, cargado con los
pecados de Sión, con los pecados del mundo, y al
parecer abandonado hasta por el mismo Dios, su
Padre.»…