La dimensión escatológica de la liturgia cristiana

La vuelta del Señor: “El deseo de reflexionar y de tratar este aspecto está muy unido –especialmente- al tiempo de Adviento, con el comienzo de cada nuevo año litúrgico. La aclamación trimembre tras las palabras de la consagración eucarística se dirige al Cristo Exaltado con las palabras «hasta que vuelvas glorioso».

En la conclusión de la oración que sigue al Padrenuestro, el sacerdote pide la liberación del pecado y la protección de toda perturbación, para que la comunidad y la Iglesia no pierdan la tensión escatológica hacia su cumplimiento en y por Cristo, sino que pueda esperar su Venida llena de confianza: <Mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo>.

Durante siglos los cristianos <han orientado> sus iglesias habitualmente hacia Oriente y han orado vueltos en esa dirección. El lucero matutino del cosmos era para ellos un símbolo de Cristo, la luz de su vida y del mundo. La pérdida de este simbolismo en la celebración litúrgica no facilita a los cristianos parecerse a las vírgenes prudentes y a los siervos vigilantes de los que habla Jesús en el evangelio. El cardenal Ratzinger llamó la atención sobre este aspecto en varias ocasiones. La reducción de la dimensión escatológica en la liturgia actual reclama una reflexión comprometida sobre si existe hoy en la vida de un cristiano una “situación en la vida”, para que adquiera una actitud de adviento. Sin esta orientación escatológica, mucha sal cristiana se convierte en sosa” (Egon Kapellari, obpo.).

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La Iglesia espera con las lámparas encendidas.

1 comentario en “La dimensión escatológica de la liturgia cristiana

  1. Muy fuerte el asunto de las postrimerías y el último y definitivo advenimiento. «juicio muy fuerte será dado, cruel y de muerte» dice el canto de la Sibila de escuchamos o cantamos en Navidad.

    Las oraciones de esto en la liturgia dulcifican y dan belleza y esperanza. Es la elegancia y profundidad de los textos, es decir de los inspirados y exquisitos «poetas» de las liturgias.

    El meollo está en advertir y recordar la «segunda venida» y esperarla con las luces y Lucías de la mente y las velas.

    Lo de «orientar» a Oriente la oración es una sutileza, perdón, de segundo orden, tal vez para selectos iniciados que sean sensibles a los «símbolos» y la sabiduría antigua: luz, fuego, agua, oriente, alba, amanecer, estaciones, primavera, sangre, quemar, humo, procesión, elevar manos, estola, árbol, céfiro, arado, podadera, ascender, subir, signar, ungir, bendecir, y mucho mas.

    Camino hacia Lisboa…que está hacia el mar en Occidente. Renunciar a satanás…

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