
Incisión en un «cuerno de pastores»: el árbol de la vida
Hijos somos.
¡Corramos al Padre!…
No temas que no te reciba,
pues Dios no se complace
en la perdición de los vivientes (Sab 1,13).
Cuando camines hacia Él,
te saldrá al encuentro…
te dará el ósculo,
prenda de su bondad paternal y de su amor,
y hará traer el vestido nuevo,
el anillo y las sandalias.
¿Temes encontrar recelo?
Él te restituye en tu dignidad.
¿Te acobarda el miedo al castigo?
Él te recibe con un beso.
¿Temes el reproche?
Él te prepara un magnífico banquete
(san Ambrosio, Parábola del hijo pródigo).

Las llagas gloriosas de Cristo en un escudo franciscano del s. XVI
***

Rezamos con esta versión española la antigua oración de la Iglesia
en estos dias tras el Jueves de la Ascensión:
Ven, Creador Espíritu,
al alma de tus fieles,
y llena con tu gracia
todos los corazones.
Paráclito divino,
oh Don de Dios altísimo,
Amor, Fuego, Fuente viva,
Unción de los espíritus.
En nombre de Dios Padre,
dirige nuestras almas:
infúndenos tus Dones,
inspira las palabras.
Tu Luz nos ilumine,
el corazón abrasa,
y nuestro ser, tan débil,
conforta con tu gracia.
Ahuyenta al Enemigo
y da la paz al alma;
a tu inspiración dócil,
del mal es preservada.
Saber por Ti del Padre
y conocer al Hijo,
creer en Ti, concédenos,
de ambos el Espíritu. Amén.

Cantiga 426 de la Ascensión, Alfonso X el Sabio
La melodía ascendente en su inicio refleja el contenido del texto del estribillo en galaicoportugués.
https://youtu.be/QndWJ26rHJs
Bella versión en su sencillez del conocido canto «Veni Creator Spiritus escrito por Rabano Mauro en el siglo IX. Mauro (Rabanus Maurus) fue un monje benedictino educado en la Abadía de Fulda, fundada por San Bonifacio (Winifred) un siglo antes. Aparte de nuestro canto canto, Mauro escribió varias obras muy valiosas como, por ejemplo, una de las primeras enciclopedias medievales, a imitación del Etimologiae de San Isidoro. Fue ciertamente un hombre polifacético