La liturgia hispana en el Concilio Vaticano II (J. Bohajar)


Celebración de la misa Caput anni en la Colegiata de san Isidro de Madrid, 2 en. ’23

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«De acuerdo con lo prescrito por el Ordo ad Synodum del pontifical romano para la celebración de los concilios, los padres del Vaticano II invocaron al Espíritu Santo con la oración Adsumus en cada congregación general antes de comenzar las deliberaciones. Esta invocación fue compuesta por san Isidoro de Sevilla, con toda probabilidad a raíz del concilio IV de Toledo (a. 633), para los sínodos de las iglesias hispanas.

La eucaristía que abrió la 48 congregación general [del Concilio], el día 15 de octubre, festividad de santa Teresa de Jesús, del año 1963, correspondió a la liturgia hispana y fue celebrada con el formulario llamado mozárabe de la misa Pro episcopis (1). Los padres siguieron con expectación su desarrollo. Especial interés revistió, por razones histórico-litúrgicas, para el grupo germano e inglés; pero sobre todo para la parte más numerosa del aula, los obispos hispánicos, por tradición eclesial y de evangelización, por unidad de lengua y de cultura. Una sensibilidad particular mostraron los actuales obispos «mozárabes» provenientes de las probadas iglesias del norte de África, Oriente Medio y Este europeo.

La presencia viva de la liturgia hispana en el contexto de la elaboración de la constitución Sacrosanctum concilium tenía una gran trascendencia para el presente y el porvenir de la antigua liturgia de España.

Ya anteriormente, en la 36 congregación general, el concilio había declarado que la «santa madre Iglesia atribuye igual derecho y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos y quiere que en el futuro se conserven y fomenten por todos los medios. Desea, además, que, si fuere necesario, sean íntegramente revisados con prudencia, de acuerdo con la sana tradición, y reciban nuevo vigor, teniendo en cuenta las circunstancias y necesidades de hoy» (SC 4).

Por último, la constitución dogmática del concilio, al tratar del ministerio sacerdotal de los obispos, cita explícitamente una oración de nuestra liturgia:

«En las iglesias se congregan los fieles por la predicación del evangelio de Cristo
y se celebra el misterio de la cena del Señor a fin de que por el cuerpo y la sangre del Señor
quede unida toda la fraternidad» (2)
J. Bohajar

Texto tomado del apartado I del artículo:
«Liturgia hispana» en «Nuevo diccionario de liturgia» (3ª edición)
Directores: D. Sartore, A.M. Triacca, J.M. Canals. Ed. San Pablo, Madrid 1987

Celebración de la misa de inicio de año en la Colegiata de san Isidro de Madrid, 2 en. ’23

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Notas al texto anterior:

1. Para facilitar la participación en la misma asamblea conciliar, se había distribuido un fascículo editado por la imprenta políglota vaticana con el título Ordo Missae ritu mozarabico in Concilio Oecumenico peragendae.

2. Este texto ofrece la base teológica de la revitalización de las asambleas litúrgicas presentando indisolublemente unidas misión y eucaristía en orden a la formación de una misma comunidad de fe. El decreto Presbyterum ordinis 4, al tratar de los presbíteros como cooperadores de los obispos en la evangelización, cita en nota, entre otros textos litúrgicos y de la tradición, un párrafo del prefacio de la ordenación de presbíteros de la liturgia hispana; [Concretamente: Liber Ordinum Liturgiae Mozarabicae, Prefacio para la ordenación del presbítero: «Maestro de las muchedumbres y gobernante de los súbditos, mantenga en orden la fe católica y anuncie a todos la verdadera salvación» (Ed. M. Férotin, París, 1904, col. 55)] igualmente en el n. 7 sobre la comunión eucarística de éstos con los obispos, cita un texto del De ecclesiasticis officiis de san Isidoro [«Presiden, pues, la Iglesia de Cristo, y en la consagración del Cuerpo y de la Sangre son consortes con los obispos, e igualmente lo son en el adoctrinar a los pueblos y en la función de predicar» S. Isidoro de Sevilla, De ecclesiasticis officiis, c. VII: PL 83, 787].
La declaración De libertate religiosa 10, cita también en nota el canon 57 del IV concilio de Toledo a propósito de la libertad del acto de fe.


Los fieles en la Colegiata de san Isidro para la Misa de inicio de año (Jubileo isidriano) ante el sepulcro de los santos esposos mozárabes
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El obispo de Córdoba con los presbíteros y diáconos tras la celebración del Jubileo de san Isidro (2 en. ’23)

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