Luz y salvación

En esta semana en la que resuena cada día el eco de la Transfiguración,
misterio luminoso, podemos hacer nuestra esta breve petición de la liturgia
de la antigua España.
Que experimentemos esa luz y que la reflejemos con nuestras vidas.
Este viejo Rito, celebrado hoy, actualiza el mensaje de Cristo
en nuestras vidas:
¡Te pedimos, oh Dios, 
que seas para nosotros 
Luz y salvación!
No en vano, cada día, al caer la tarde
invocamos a Cristo
como Luz que nos comunica Paz…
Lumen cum Pace.

 

3 comentarios en “Luz y salvación

  1. «En Tí está la Fuente de la Vida y en Tu Luz vemos la Luz».
    Tú eres el Sol de Justicia. Y por eso te pedimos que nos ilumines y que allanes nuestros caminos.
    ¡Tantas cosas por hacer!
    ¡Tanto amor por regalar!
    ¡Tanto pecado de omisión!
    Aleja de nosotros la tibieza.
    ¡Ámanos y contágianos de Tu Fortaleza!
    Gracias, Señor, por escucharme, siempre.

  2. Luz con paz. Deseo universal de los de «buena voluntad».
    Mas nuestra vida se rige del ciclo noche-día, sueño-vigilia. Nacimos de la oscuridad de un útero y ademas de todas las noches, de vez en vez entramos en la oscuridad del devenir: introspección, soledad, inconsciente.
    La luz es rápida y transparente, la oscuridad está quieta, es opaca.
    La oscuridad estaba «al principio»
    Y vino la Luz que brilla y la oscuridad se extingue.
    Pero solo cuando oscurecemos la «brillante luz de la mente racional» puede uno llegar de forma inmediata a la verdad de Dios… eso dicen los filósofos primeros.
    Entrar en la oscuridad lo hacemos cada noche… pero encendemos velas, para no tropezar y para esperar pidiendo Luz y paz.

    La noche oscura es un obligado paso, cuentan los místicos. Mas la acción y la ética es cosa de la luz.

    Parece infinitas las posibilidades de jugar y pensar sobre la Luz y la también preciada oscuridad. Desde Moisés hasta los poetas visigodos, llegando a Rilque y a los contemporáneos.
    No sólo de liturgia (momento de luz) vive el laico…

  3. Se ha citado a Rilke, cantor de la Luz y, también, de María.
    Como esta noche entramos en la primavera no viene mal recordar al poeta de Praga en su composición :
    «Revolotea otra vez ese que conocemos hace mucho:
    viento nocturno entre los duros árboles,
    mas en lo alto están, fuertes y diamantinas,
    en espacios profundos y solemnes las amplias
    constelaciones de una
    noche de primavera».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *