Basílica de la Virgen de Atocha (Madrid)
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‘Consagremos a Dios el nuevo año’
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«Oh Dios,
Tú eres el mismo
y tus años no se acaban»
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«Concédenos pasar este nuevo año con voluntad decidida de servirte»
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Basílica de la Virgen de Atocha (Madrid)
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‘Consagremos a Dios el nuevo año’
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«Oh Dios,
Tú eres el mismo
y tus años no se acaban»
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«Concédenos pasar este nuevo año con voluntad decidida de servirte»
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LA VIRGEN DE ATOCHA
La imagen de la Virgen de Atocha, que todavía hoy se venera en la Real Basílica de Madrid, es una escultura de madera muy oscura, sentada con el niño en el brazo izquierdo y una manzana en la mano derecha y con el manto pintado de flores casi imperceptibles. En la época visigoda ya era famosa la devoción a la Virgen de Atocha, siendo descrita la imagen por San Ildefonso de Toledo. El templo era una pequeña capilla que no interrumpió el culto durante la dominación árabe. Conquistada Madrid por Alfonso VI en el siglo XI, Atocha dependió de los canónigos de Santa Leocadia en los arrabales del arzobispado de Toledo. El templo tuvo que ser ampliado al tener carácter de colegiata con culto solemne y canto coral, pero se respetó la primitiva ermita. La Virgen de Atocha fue patrona de Madrid y San Isidro en el siglo XII tuvo mucha vinculación con esta imagen. Los reyes de Castilla y mas tarde de España realizaron múltiples ceremonias en su santuario.
El origen y etimología de Atocha es muy debatido. Plantas llamadas atochares parecidas al esparto que existían en la vega de Madrid darían origen a la denominación “Virgen del Atochar”. Otros autores opinan que la palabra viene del griego Theotokos, que significa Madre de Dios, debido a la difusión de este término después de los concilios de Efeso y Calcedonia que rebatieron la herejía nestoriana que negaba este título de Santa María. Una contracción de la palabra Theotokos está grabada en la imagen y de la deformación de la Virgen Teotoka vendría Tocha, término que aparece en las Cantigas. Otros autores afirman que Atocha es una corrupción del término Antioquía, tal como se nombra este santuario de Nuestra Señora de Antioquía en las Bulas de Eugenio II en 1198.
Sinopsis del los milagros narrados en las dos cantigas de Atocha de Alfonso X el Sabio.
CSM-315 Espiga de trigo de Atocha
Santa María cura en el santuario de Atocha, un lugar junto a Madrid, a un niño pequeño que dejó su madre junto a un haz de trigo mientras ella espigaba en un campo de mieses. El niño se tragó una espiga grande y se le hinchó el vientre. Su madre creyendo que era por el veneno de una araña o serpiente, lo llevó corriendo a Madrid. Allí le aconsejaron que lo llevase a Santa María de Atocha. Ante el altar de la Virgen desnudaron al niño y vieron como se curaba y le salía la espiga por el costado izquierdo.
CSM-289 Labrador de Atocha
Una de las cuatro cantigas que se repiten en el cancionero con el número 396. Santa María de Atocha, junto a Madrid, curó a un labrador que segaba unas mieses el día 16 de Junio, fiesta de San Quirico, obispo de Barcelona y amigo de San Ildefonso. Por no respetar el día festivo se le quedaron las manos paralizadas sujetando la hoz. Llorando mucho y rezando arrepentido en el santuario de Atocha, junto a los otros segadores, se le relajaron las manos y se le calmó el dolor que esto le producía.