Un silencio sereno lo envolvía todo,
y al mediar la noche su carrera
la Palabra todopoderosa
vino desde el Trono real
de los cielos.
***
***
Vino a cargar
nuestros pecados
y a colgarlos
en el Árbol de la cruz.
***
¡Felices Pascuas!
Un silencio sereno lo envolvía todo,
y al mediar la noche su carrera
la Palabra todopoderosa
vino desde el Trono real
de los cielos.
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Vino a cargar
nuestros pecados
y a colgarlos
en el Árbol de la cruz.
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¡Felices Pascuas!
GRATO SENHOR por seres o nosso Redentor causa da nossa esperança.
Decir «te quiero» como fórmula es inocuo. Decir «te quiero» por vez primera, asusta al que lo escucha. Decir «te quiero» sin respuesta, aunque sólo sea una sonrisa, te vacía.