Obras son amores

Las obras de misericordia… estilo de vida de los bautizados
***

 

<Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.
Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. 

La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. 

Redescubramos las obras de misericordia corporales: 
dar de comer al hambriento, 
dar de beber al sediento, 
vestir al desnudo, 
acoger al forastero, 
asistir los enfermos, 
visitar a los presos, 
enterrar a los muertos. 

Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: 
dar consejo al que lo necesita, 
enseñar al que no sabe, 
corregir al que yerra, 
consolar al triste, 
perdonar las ofensas, 
soportar con paciencia las personas molestas, 
rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. 

No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados:

si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45).

Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas.

En cada uno de estos «más pequeños» está presente Cristo mismo>. 

(Papa Francisco) 

AUDICIÓN: Ad Coenam Agni (T. L. Victoria)

Este es el himno vespertino por excelencia de la Cincuentena pascual.

***

 

«Celebramos, Señor, con luces la tarde del día cuarto [miércoles],
en el que fijaste las luminarias en el firmamento del cielo
y en el que te dignaste ilustrar los corazones de los cuatro Evangelistas,
que son como las luminarias en el firmamento de la Ley,
que te cantan unánimemente y proclaman a las cuatro partes del mundo
que has muerto por nosotros y resucitaste de entre los muertos.
Te pedimos que en la oscuridad de esta vida
luzca para la nosotros la gracia de tu Resurrección,
para que así podamos llegar hasta la resurrección y el premio».
(Oracional visigótico, n. 888; plegaria vespertina)

 

 

1 comentario en “Obras son amores

  1. «…Si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros.» Me encanta la imagen de Jesús resucitado caminando con los de Emáus, con tanta paciencia, y con tanto amor… aunque muchas veces no le reconocemos en nuestras vidas, siempre está a nuestro lado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *