1 comentario en “Para pasar la invitación a los amigos”
Leía anoche a Adalid que glosaba a Agustín en uno de sus medievales personajes…
El contraste fundamental es de los dos amores… que nos introducen en las profundidades del hombre; en forma de dos amores estalla el conflicto y la confusión de sentimientos con entrelazada sucesión de errores y verdades, trigo y cizaña. Los dos amores luchan en toda tentación, el amor del siglo y el amor de Dios y el que vence arrastra al amante con todo su peso. Porque no vamos a Dios con alas o con pies, sino con los afectos.
Mas o menos decía esto anterior.
El mundo es un campo donde verdea el trigo y la cizaña y la fe, si te descuidas, la reducimos a un rito externo, una práctica vacía.
Regresando a la meseta … y luego preparándome para, en metro, vespa o coche, ir a la Basílica, que nos da la oportunidad, como piedra de afilar los afectos…
Leía anoche a Adalid que glosaba a Agustín en uno de sus medievales personajes…
El contraste fundamental es de los dos amores… que nos introducen en las profundidades del hombre; en forma de dos amores estalla el conflicto y la confusión de sentimientos con entrelazada sucesión de errores y verdades, trigo y cizaña. Los dos amores luchan en toda tentación, el amor del siglo y el amor de Dios y el que vence arrastra al amante con todo su peso. Porque no vamos a Dios con alas o con pies, sino con los afectos.
Mas o menos decía esto anterior.
El mundo es un campo donde verdea el trigo y la cizaña y la fe, si te descuidas, la reducimos a un rito externo, una práctica vacía.
Regresando a la meseta … y luego preparándome para, en metro, vespa o coche, ir a la Basílica, que nos da la oportunidad, como piedra de afilar los afectos…