Gothia se propone:
1. Celebrar y dar testimonio de la fe cristiana mediante el Rito y la espiritualidad Hispano-visigótica y mozárabe.
2. Asegurar la celebración de la Eucaristía según el venerable Rito y los legítimos usos y tradiciones autorizados por el obispo diocesano.
3. Mantener y potenciar algunos elementos propios del antiguo Rito hispano (lucernarium, Oficio Divino, devociones, etc.).
4. Difundir el conocimiento y la celebración de la misa y los elementos propios de la espiritualidad (publicaciones, música, etc.).
5. Fomentar la vida espiritual de los asociados (con encuentros, peregrinaciones, retiros, acciones a favor de los necesitados, etc.).
6. Cultivar la formación bíblico-litúrgica de los asociados (conferencias, cursos, etc.).
7. Crear lazos de comunión entre los miembros y la Fraternidad sacerdotal <san Isidoro-Gothia> (convivencias, etc.).
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Mi resumen. Gothia e Isidoro-Gothia propone como objetivo:
1. Celebrar en Madrid pública y periódicamente el católico Rito Hispano.
2. Asegurar que la Eucaristía se celebre con las las formas y tradiciones autorizadas.
3. Mantener otros elementos singulares de este Rito.
4. Difundir y publicitar esta espiritualidad.
5. Fomentar la experiencia espiritual de los asociados y amigos.
6. Cultivar el estudio, la reflexión y la formación en base a la litúrgia.
7. Crear comunidad y comunión entre los vinculados libremente a estos objetivos.
Virtudes: La celebración y el estudio de un Rito antiguo, rico y complejo supone atención, preguntas al interior de uno mismo y a los «sabios» que recrean y formalizan los aspectos y detalles del misterio sacramental. Nada es banal y rutinario. La investigación, las reflexiones y toma de decisiones convierten la historia y actualización del Rito en vanguardia.
Defectos posibles: De origen el crear dos asociaciones para un sólo objetivo eclesial diferenciando a los miembros de una y otra como si fueran cristianos deferentes; es una precaución miedosa separar al clero de los laicos imprecindibles para una celebración abierta, testimonial y pública, todos somos sacerdotes por el bautismo.
Y también todos los defectos que los humanos portamos y arrastramos ante la falta de crítica, la pasividad, adocenamiento, idolatría de la autoridad eclesial, barreras clasistas entre clero y laicos, etc.
Por suerte y por la singularidad de estas asociaciones (diocesanas y no parroquiales) los posibles defectos se minimizan con la participación activa y los lazos de afecto y confianza.