Poema a la Natividad de María

 

Sabemos que la fiesta del Nacimiento de María
(8 de septiembre)
era celebrada -entre otros- por los cristianos mozárabes de Córdoba.
Así se menciona en el notorio Calendario de Recemundo (961).

 

Del siglo de oro español
rescatamos este poema del fénix de los ingenios
para invocar el nombre de María:

 

Si en brazos de Dios nacéis 
¿quién sois?, Niña soberana, 
que para casa tan pobre 
parecéis muy rica Infanta. 

Tres veces catorce dicen 
los deudos de vuestra casa, 
que son las generaciones 
de vuestra sangre preclara. 

La primera es de Profetas 
y divinos Patriarcas, 
desde Abraham a David, 
de quien seréis torre y arpa. 

De Reyes es la segunda, 
desde David a que salgan 
de Babilonia a Sión 
y vuelvan a honrar el arca. 

Desde este tiempo hasta el día 
en que Cristo de Vos nazca, 
otra que es de Sacerdotes, 
de quien Vos seréis la vara. 

Torre y arca y vara sois 
en tan ilustre prosapia, 
supuesto que para esposo 
un carpintero os señalan. 

Debe de ser que Dios quiere 
que hecha carne su Palabra, 
viva en casa donde vea 
labrar maderos y tablas. 

O porque si sois, Señora, 
arca en que el mundo se salva, 
como divino escultor 
os halle el hombre en su casa. 

Cielos y tierra se alegran 
cuando nacéis, Virgen santa, 
por su Hija el Padre eterno, 
por quien se goza y se agrada. 

El Hijo, viendo a su Madre 
tan buena, que de llamarla, 
su madre, no se desprecie 
ni de entrar en sus entrañas. 

El Espíritu divino 
de ver la Esposa que ama, 
de suerte que ya comienza 
a cubrirla con sus alas. 

Los ángeles por su Reina, 
los cielos por su luz clara, 
el sol por su hermosa frente, 
y la luna por sus plantas. 

Los hombres por su remedio 
porque hasta vuestra mañana, 
no podía el sol salir, 
y en oscura noche estaban. 

Según esto vos nacéis 
para ser vara en las aguas, 
torre fuerte en los peligros, 
y en el diluvio arco y arca. 

Pues vengáis a vuestra aldea, 
María llena de gracia, 
muchas veces en buen hora, 
día que nacéis con tantas. 

Conoced vuestros pastores, 
que todos os dan las almas, 
mientras os da el cielo estrellas, 
para mantillas y fajas. 

Lope de Vega 

 

***
Seguimos orando por los enfermos de la pandemia

 

 

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