Recuperar la amabilidad

 

La amabilidad es una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que ignora que los otros también tienen derecho a ser felices.
Hoy no suele haber ni tiempo ni energías disponibles para detenerse a tratar bien a los demás, a decir “permiso”, “perdón”, “gracias”. Pero de vez en cuando aparece el milagro de una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia. Este esfuerzo, vivido cada día, es capaz de crear esa convivencia sana que vence las incomprensiones y previene los conflictos. El cultivo de la amabilidad no es un detalle menor …

 

Papa Francisco, Encíclica Hermanos todos

 

***
Para cultivar la amabilidad
hay que practicar la conversión:

“Aun después del bautismo  
por el que se borran los pecados,  
debemos convertirnos a Dios todos los días,  
mientras nos hallamos en este mundo. 
Conversión que,  
a pesar de tener que realizarla cada día,  
nunca la habremos realizado suficientemente» 

 

S. Isidoro de Sevilla, Sentencias, 1.1. C. 22

1 comentario en “Recuperar la amabilidad

  1. Tema importantísimo, el de la amabilidad. Va desde una simple palabra de cortesía a una empatía completa con una persona sufriente. No se puede comunicar ningun mensaje ni pretender ninguna conversión al nivel que sea sin amabilidad, consideración sin una sincera sonrisa. A veces la sola sonrisa transmite mejor un pensamiento que muchas palabras.

    La amabilidad, la sonrisa, la palabra generosa convierte tanto al que da como al que recibe. Es como un abrazo, contienen muchísima fuerza y energía positiva.

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