Responsorio mariano

 

 R. Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña,  
en las grietas del barranco, déjame ver tu figura.  
* Déjame escuchar tu voz, permíteme ver tu rostro,  
porque es muy dulce tu hablar y gracioso tu semblante.  
V. Y una gran señal apareció en el cielo:  
una Mujer, vestida del sol,  
y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.  
R. Déjame escuchar tu voz, permíteme ver tu rostro,  
porque es muy dulce tu hablar y gracioso tu semblante. 

(Ct 2, 14; Ap 12, 1 )

***

 

A los españoles en el Gran Jubileo del 2000:

<¡No temáis ante los grandes retos del presente! Avanzad confiados por el camino de la nueva evangelización, el servicio caritativo a los pobres y el testimonio cristiano en cada realidad social. Caminad con alegría, lleváis con vosotros una rica y noble tradición cristiana. Muchos santos y santas han hecho de vuestros pueblos y ciudades una tierra de santidad. Seguid su ejemplo, recorred el sendero de la santidad. Sed apóstoles de nuestro tiempo, confiando siempre en la ayuda de Dios.

Os acompañe y sostenga la Virgen María.
¡Con cuánto fervor vuestra liturgia hispano-mozárabe alaba su perpetua virginidad!:
«De su pudoroso seno virginal salió Jesús como un rayo de luz purísima.
 ¡Oh inefable acción de Dios!
El Hijo unigénito de Dios sale de las entrañas maternas sin abrir la vía natural del parto.
Al ser concebido y al ser alumbrado sella el seno de la Virgen y lo deja intacto».
A ella encomiendo vuestras familias, vuestros niños y jóvenes, vuestros enfermos y ancianos, e invocando la protección del santo arzobispo Ildefonso de Toledo, os bendigo de corazón>.
(San Juan Pablo II)

 

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