Santos del Antiguo Testamento

Noé, “hombre justo”,
es en el mundo visigodo-mozárabe
una prefiguración de Cristo.
La idea la recoge Orígenes
y la expone san Isidoro de Sevilla
afirmando que
“Noé, en todo y en todos sus actos,
anuncia a Cristo”
(Comentario al Génesis, 7, 1)

1 comentario en “Santos del Antiguo Testamento

  1. Muy interesante. Me gustaría comentar una imagen muy poética contenida también en este tema de Noé que es la de la PERLA como imagen de CRISTO, María como ostra/concha y esposa de la Luz, y el misterio de la Encarnación que enlaza con el arca/madero redentor/ útero primordial que resguarda a los santos/buceadores y los conduce a través de las aguas bautismales hacia la nueva Vida.

    En textos rabínicos se menciona «una perla que colgaba del techo del arca brillaba tranquilamente sobre Noé y su familia. Cuando su luz palidecía,  sabía que había llegado el día;  cuando brillaba, sabía que había llegado la noche, y así nunca perdió la cuenta de los sabats». Génesis Rabia (recopilado en Palestina siglo V) 283.

    Comparto algunos apuntes que he recopilado estudiando este tema y dos enlaces muy interesantes:

    – [PDF] ESTUDIOS LOS HIMNOS «SOBRE LA PERLA» DE SAN EFREN DE …
    summa.upsa.es › high

    – Pintura del siglo XVIII con la iconografia de la Encarnación en forma de ostra y perla presentada por ángeles  https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/los-atributos-de-la-virgen/5f227c96-5543-4d5c-818a-0188dc788b70

    Apuntes. De la perla como Palabra de Dios al pendiente en relación a la ‘conceptio per aurem’, el oído de María como puerta de salvación:

    – Plinio el Viejo (siglo I), describió las perlas como los artículos de mayor valor que ocupaban «el primer lugar» y tenían «el primer rango entre todas las cosas de valor».

    – Parábola del tesoro escondido y la perla de gran valor en Mateo 13:44–46

    – Para san Efrén de Siria (IV): «la perla es una piedra preciosa que nace del cuerpo de una ostra; sólo el rayo de luz concurre con el agua en su formación,  no necesitando de la unión de dos conchas. Así el Hijo de Dios. Tiene su identidad compuesta de dos naturalezas: luz y agua.

    En los 87 Himnos sobre la fe hay cinco «sobre la perla», donde Efrén la contempla como signo del misterio de Dios, dice que «es un cuerpo lleno de luz» y la relaciona con María llevando en su seno a Cristo, la Iglesia llena de Cristo y Cristo lleno de divinidad. […]los símbolos que encierra la perla son mayores que los del arca del diluvio

    «Un día, hermanos míos, tomad una perla: ved en ella los símbolos que se refieren al Reino, las imágenes y las figuras de la grandeza (divina). Llega a ser una fuente, de la cual bebieron los símbolos del Hijo. La pongo, hermanos míos, sobre la palma de mi mano, para poder examinarla. Me pongo a observarla por un lado: tiene un único aspecto por todos los lados. Así es la búsqueda del Hijo, inescrutable, porque ella es toda luz. En su limpieza, yo veo al Limpio, que no se vuelve opaco. Y, en su pureza, el gran símbolo del Cuerpo de nuestro Señor, que es puro. En su indivisibilidad, yo veo la Verdad, que es indivisible».
    Emplea la imagen de los buceadores que se sumergen en el mar para alcanzar perlas con los catecúmenos en las aguas del bautismo.

    -Sermón de Juan Damasceno (VII-VIII) Sobre la Natividad de María:
    «ha nacido una concha que al recibir el rayo de luz se la divinidad,  concebirá y dará a luz una preciosísima perla que es Cristo.»

    – El teólogo siriaco Jacob de Sarug (V-VI) expresa la ‘conceptio per aurem’: compara al arcángel Gabriel con una perla que, colgando de las orejas de las doncellas, honra sus oídos.  La Virgen es digna de recibir esa perla que es el Verbo divino,  enviado por Dios Padre. A semejanza de la puerta en la que se manifiesta la Luz, yo (arcángel Gabriel), estoy colgado en las orejas de las doncellas para honrar el oído que fue la puerta del Verbo divino que quiso habitar en aquella muchacha María». Jacob de Sarug, Epist. ad mon. Conv.
    Mar Bassus, 15. En Álvarez Campos 1981, vol. V, 92).

    -Apocalipsis 21:21: en la Nueva Jerusalén,  las perlas se reservan para las puertas). (‘Conceptio per aurem’ Patristica del siglo II y Apócrifos.  ‘Por el oído de Eva entró la muerte; por el de María la Vida».

    – Símbología de la formación de la perla en relación con el misterio de la Encarnación en la homilía ‘De margarita’ atribuida a san Efrén (siglo IV): «Un rayo fogoso y una gota de agua, o sea del rocío del alba o de la salobre mar, forman las perlas,  esto basta para que en el Cielo se franquee con muchas puertas siendo así que antes tenía una sola y estrecha»

    – Romano el Meloda XII, 17 (siglo VI) narra poéticamente como la Virgen refirió a José el encuentro con el ángel. Entre otras cosas le hace decir a la Virgen:
    “…Se presentó un ser alado y me entregó un regalo de bodas, perlas para mis orejas; puso sus palabras como pendientes, me hizo resplandecer» (Prov. 25, 12)

    -Para los gnósticos los movimientos de la ostra representan la búsqueda de ese regalo del Cielo que es la luz del Ser. Esto se refleja simbólicamente en el viaje de la ostra desde las oscuras profundidades del mar a la luminosidad de su brillante superficie. Ibn ′Arabi la define en sus escritos místicos como “creación teofánica”.

    En el ‘Canto de la perla’ o ‘Himno del Apóstol Judas Tomás’, la perla como símbolo del alma y su búsqueda.

    – Entre los alquimistas europeos, uno de los nombres de la piedra filosofal era margarita pretiosa, la perla preciosa. Según las creencias islámicas tradicionales, la perla es el producto de la conjunción del fuego y el agua (Cirlot 1962, p. 251). Es la síntesis de los dos principios alquímicos opuestos de calor-expansión-fijación y frío-contracción-solución. La perla es símbolo de integración. Es ese cuerpo transformado en espíritu, y ese espíritu transformado en cuerpo.

    Dentro de su ostra, la perla es el símbolo del “Tesoro escondido”, ansioso por ser revelado, la quintaesencia del tesoro oculto.

    – «María como mar que encerró la perla que más brilla» La Corte Divina o Palacio Celestial, Nicolás Coussin,  1726.

    – Concepción Inmaculada en Los atributos de la Virgen de Bayeu,  boceto para la capilla del Palacio de Arancel,  1778, Museo del Prado

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