San Isidoro de Sevilla, siguiendo la sabiduría de los antiguos,
estudiaba la Ética en la cuádruple división
de las virtudes fundamentales (cardinales):
Justicia/Prudencia/Fortaleza/
La Prudencia, virtud principal,
consiste en elegir lo más adecuado:
la gracia de Dios,
dejando que Dios sea Dios
en nosotros.
Podemos hacer oración
con la escucha de esta canción.
“Sendas Dios hará
donde piensas que no hay
Él obra en maneras que
no podemos entender
Él me guiará
a su lado estaré
amor y fuerza me dará.
Un camino hará
donde no lo hay.
Por camino en la soledad me guiará
y agua en el desierto encontraré.
La tierra pasará
su Palabra eterna es.
Él hará algo nuevo hoy”.
Un canto interesante por su relevancia en este momento.
Fue compuesto en 1992 por Don Moen.
Buenos días.
El poema de la canción parte de un estado de abatimiento, contrasta tras la «sabiduría y ética de las virtudes», citando a Isidoro. Tal vez por ello el canto me produce cierta decepción. Tal vez es un canto apropiado para el final de la jornada y no para una mañana radiante, tras el rutilante y vectorial mensaje de la Palabra en la liturgia de ayer domingo.
Lo mejor, esta parte:
«Un camino hará donde no lo hay.
Por camino en la soledad me guiará y agua en el desierto encontraré».
Tiene mas relación con la «Fortaleza» que con la Paciencia, por ligarlo con Isidoro de Sevilla.
La canción, la melodía es suave, pero una pena llevarla al sendero «pietista» pues reblandece el mensaje y adormece la fortaleza. Típico canto de complacencia de postcomunión, que puede contrarrestar el compromiso y la energía del sacramento.
Es una opinión… mas bien una impresión, tal vez un defecto personal de vivencia propia.
«Su Palabra eterna es. Él hará algo nuevo hoy”
Y tu, (yo) haré algo nuevo hoy?
Dice hoy Gregorio de Nisa:
«Ha comenzado el reino de la vida y se ha disuelto el imperio de la muerte..
¡Oh mensaje lleno de felicidad y hermosura!…
…quiere convertirnos en sus hermanos y… arrastra tras de sí a todos los que ahora son ya de su raza.»