Sobre la riqueza de la invocación
<Kyrie eleison> 

Por lo que respecta a la expresión “¡Señor, ten piedad de mí!”, en la Filocalia hay una maravillosa explicación, en un capítulo titulado “Explicación del ‘¡Señor, ten piedad!’ (Kyrie Eleison)”.  

Entre otros aspectos, el autor dice: «La misericordia de Dios no es otra cosa que la Gracia del Espíritu Santo, que nosotros, los pecadores, debemos pedirle a Dios, clamando sin cesar: “¡Señor, ten piedad de mí!”, que significa:  

“Apiádate de mí, que soy un pecador, Señor, y mira el estado en el que me encuentro.  

Llévame de vuelta a Tu Gracia.  

Concédeme el espíritu de la fuerza, para confortarme y poder enfrentar las tentaciones del demonio y los malos hábitos de todo pecador.  

Concédeme el espíritu de la contrición, para poder transformarme, para alcanzar el conocimiento de mí mismo y poder redimirme.  

Concédeme el espíritu del temor y del sobrecogimiento, para poder temerte a Ti y saber respetar Tus mandamientos.  

Concédeme el espíritu del amor, para poder amarte y no separarme jamás de Ti.  

Concédeme el espíritu de la paz, para mantener en la serenidad mi alma, para poder concentrar mis pensamientos y ser sosegado y pacífico.  

Concédeme el espíritu de la pureza, para mantenerme limpio de toda podredumbre.  

Concédeme el espíritu de la docilidad, para saber conservar la calma entre mis hermanos cristianos y librarme de la ira.  

¡Concédeme el espíritu de la humildad, para no caer en el orgullo!”». 

  +++ 

Hoy es la fiesta de Hildegarda de Bingen 

Audición del Kyrie: 

 

2 comentarios en “Sobre la riqueza de la invocación
<Kyrie eleison> 

  1. Cuántas maneras existen de cantar Kyrieleison, incluyendo esta Sequentia de Hildegard von Bingen. Es quizás poco conocida esta gran y multifacética mujer del siglo XI-XII . Es difícil imaginarse en ese periodo de la historia, cuando la mujer casi no contaba en la sociedad. que pudiera existir esta santa enormemente influyente y fascinante, comprometida con la reforma gregoriana y prolífica compositora. Vale la pena estudiarla.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *