Tres puntos clave para examinar al final del día: abriendo y cerrando puertas

 

En estos días de apertura paulatina
del confinamiento
miramos «nuestras puertas»…

 

1. Puerta cerrada para la oración privada diaria:

 

“Cuando vayas a orar, entra en tu habitación,
cierra la puerta y el Padre que ve en lo secreto…”
(Mt 6,6)
Cada día…

 

2. Puerta abierta para entrar a la Iglesia:
Para la oración eclesial;
fundamentalmente, la Eucaristía, el Oficio Divino,
los sacramentos, la adoración…

 

“De manera que en su mano sea ir cada día Misa y a Vísperas…”
(Ignacio de Loyola, EE 20).

 

Cuando lo permita la situación actual…

 

3. Puerta abierta para salir al mundo:
El servicio a Dios en los hermanos
practicando misericordia, bondad, hospitalidad,
acogida, atenta escucha, ayuda,
colaboración generosa, disponibilidad…

 

En la situación actual colaborando activamente
con Cáritas, Manos Unidas, AIN, etc.

 

 

***
Hoy recordamos al misionero san Kilian (+ 689):
un celta que acabo siendo obispo en Würzburg (Baviera, Alemania).

 

***
Podemos releer los tres puntos escuchando:

 

 

 

 

2 comentarios en “Tres puntos clave para examinar al final del día: abriendo y cerrando puertas

  1. Otra puerta hispana, siglo XIII, muy desconocida.
    Homo quo vigeas (Codex de Madrid)

    https://youtu.be/kG5wg6R3Pwk

    Códice Madrid mss20486 (s. XIII)
    Intérpretes/Performers: Alia Mvsica

    Alleluia.
    V/. Non vos relinquam orphanos:
    vado et venio ad vos
    (et gaudebit cor vestrum.)

    Motetus
    [Tenor: et gaudebit]
    Homo, quo vigeas vide,
    Dei fidei adhæreas,
    in spe gaudeas et in fide
    intus ardeas, foris luceas,
    turturis retorqueas os ad ascellas.
    Docens ita verbo, vita, oris vomere,
    de cordibus fidelium.
    Evellas lolium, lilium insere rosæ,
    ut alium per hoc corripere speciose valeas;
    virtuti saluti omnium studeas,
    noxias delicias detesteris,
    opera considera quæ si non feceris damnaberis,
    hac in via milita gratiæ et præmia cogita patriæ,
    et sic tuum cor in perpetuum gaudebit.
    (et gaudebit) cor vestrum. Alleluia.

    ¡Aleluya!
    No os dejaré huérfanos:
    me voy, pero regresaré a vosotros
    (y se regocijará vuestro corazón.)

    Hombre, vigila para tener fuerza.
    Únete a la fe de Dios,
    regocíjate en la esperanza
    y arde interiormente en la fe,
    resplandece por fuera,
    retuerce el cuello de la tórtola
    hasta las alas.
    Enseñando así con la palabra,
    con la vida, con el arado de tu boca
    arranca la cizaña
    de los corazones de los fieles,
    injerta el lirio a la rosa,
    para que, a través de esto,
    puedas atraer a otro de buena manera;
    afánate en la virtud,
    en la salvación de todos,
    detesta las delicias perjudiciales,
    considera las obras por las que,
    si no llegas a hacerlas
    serás condenado,
    lucha en este camino de la gracia
    y piensa en las recompensas
    de la patria y, así, tu corazón
    gozará para siempre.
    Y se regocijará vuestro corazón. ¡Aleluya!

  2. Tres puertas, todas ellas abiertas! Abiertas para salir o para entrar. Pero siempre para encaminar nuestros pasos y nuestro corazón hacia el Señor, en la oración, en la adoración, en el servicio al prójimo. Y todo ello con el corazón abierto de par en par. Es la puerta principal.

    Gracias por la bella música para acompañar estos pasos al final del día.

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