HOY, en la Basílica de la Concepción de Ntra. Sra, a las 21’15 h.
C/ Goya 26 Madrid / Metro: Velázquez
Alma Redemptoris Mater,
quæ pervia caeli porta manes,
Et stella maris, succurre cadenti
surgere qui curat populo:
Tu quæ genuisti, natura mirante,
tuum sanctum Genitorem:
Virgo prius ac posterius,
Gabrielis ab ore sumens illud Ave,
peccatorum miserere.
Madre del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y quiere levantarse
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.
Dios te salve, María,
oh toda santa,
que has dado a luz al Camino de la Vida,
y has salvado al mundo del cataclismo del pecado;
Dios te salve, María,
oh divina esposa,
maravilloso misterio para toda lengua y para todo oído;
Dios te salve, María,
morada del Señor de la creación.
Madre de Dios y Madre de la Luz.
Ruega por nosotros, Hija de Sión,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.
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Encendemos nuestras luces como expresión de fe en la resurrección de Cristo
y en la espera de su vuelta gloriosa desde el cielo (Adventus).
Homenaje en su día a Santa María Inmaculada en su concepción.
Otra Cantiga de Alfonso X.
Como es sabido apenas hay oraciones, himnos y cantos a la Inmaculada concepción de Santa María por ser fiesta reciente. Y por ello lecturas y otros himnos nos pueden confundir de festividad, incluso distraer; Anunciación, Natividad, Madre de Dios, Puerta del Cielo, Stella maris, Corredentora, Mediadora en el juicio, y sobre todo Virginidad. Incluida Alma Redemptoris Mater.
Esta cantiga me gusta especialmente pues tiene mucha alegría y fuerza. Tiene el «siete» y el Espíritu Santo. Y es muy solemne y muy medieval. No es litúrgica, sino paralitúrgica.
Grabada en la capilla del Seminario de Madrid, san Dámaso en julio de 1996. Sí, en el siglo XX y con voces femeninas y con niños de la Escolanía del Valle y con muchos instrumentos de la época. (Primera grabación mundial y única, que yo sepa).
https://youtu.be/IZVeMBUjn78
CSM 418 – SIETE DONES. Canción con refrán, tiene una forma exclusiva en el repertorio alfonsí. Resalta el valor simbólico del número siete como en las Cantigas de los siete Gozos CSM-1 y siete Pesares CSM-403. Los siete dones del Espíritu Santo corresponden a los siete Dones que Dios ha dado a la Virgen.
TRADUCCIÓN CASTELLANO
CSM – 418 SIETE DONES
ESTRIBILLO
Los siete dones que Dios da,
a su Madre los dio ya
COPLAS
Y ahora os quiero hablar sobre los siete dones,
de como se los dio a su Madre, para que cuantos lo puedan
oír se esfuercen en servirla y se guarden de pecar,
y para que obtenga su gracia; pues bendito es quien la obtiene.
El primero de estos siete dones es para saber
todo bien y cumplidamente, y así complacer a Dios;
este lo tuvo en sí Santa María, por haber venido
Dios a tomar carne en ella, con la que al final nos juzgará.
El segundo es de muy alto entendimiento;
este lo tuvo en sí Santa María, verdaderamente,
por haberla hecho Dios Madre suya, y estar sentada junto a él
en los cielos, desde donde nos envía su gracia.
El tercero fue de consejo, que con mucha razón
lo tuvo Santa María; porque cuantas mujeres son
y serán no tuvieron la bendición divina como ella;
ni otra existirá que la tenga.
El cuarto es fortaleza; y esta la tuvo en sí
tan grande, que por ella el demonio perdió su poder desde el momento
en que Dios tomo carne en ella y se hizo hombre, pues desde entonces
fue quebrantado y mal encadenado, y jamás se recuperará.
El quinto es el don de ciencia, que la tuvo y muy buen sentido
la Virgen Santa María, que la hizo responder bien
cuando el ángel le dijo que sería madre
de aquél que todo lo mantiene, y ella dijo: «Por sierva me tendrá».
El sexto don de piedad es el que tuvo y lo da plenamente
a cuantos en las grandes cuitas la invocan y la invocarán;
y por tanto los pecadores tienen a Santa María por abogada
antes Dios, y por siempre la tendrán.
El séptimo de estos dones es tener temor de Dios;
este lo tuvo la Gloriosa, pero siempre con amor;
y por esto ella fue Madre de nuestro Señor
Jesucristo, Dios y hombre, quien reinará por siempre.
De donde por estos siete dones le debemos dar
loor y aún más rogarle que nos haga perdonar
de su Hijo los pecados, y que nos guarde de errar,
de modo que allá, en su reino, vivamos con él.
GALAICO ORIGINAL
CSM – 418 SIETE DONES
Os sete dões que dá
Deus, a sa Madr’ os deu ja.
E daquestes sete dões vos quer’ ora departir
como os deu a sa Madre, por que quantos lo oyr
foren punnen en servi-la e se guarden de falir,
por que sa merçee ajam; ca b˜eeyt’ é quena á.
O primeyro destes sete dões é para saber
todo ben compridamente, por fazer a Deus prazer;
aqueste Santa Maria ouv’en si, por que prender
v˜eo Deus en ela carne, con que nos pois julgará.
D’entendemento mui grande, este o segundo é;
aqueste Santa Maria ouv’ en si, per bõa ffe,
por que fez dela sa Madre Deus, e cabo dele ssé
nos çeos, onde sa graça envia a nos acá.
O terceyro de consello ést’, e con mui gran razon
o ouve Santa Maria; porque quantas ora son
molleres nen foron ante non ouveron b˜eneycion
de Deus com’ aquesta ouve, nen outra non averá.
O quarto é fortaleza; e aquesta ouv’ en ssi
tan grande, per que o demo perdeu seu poder dali
u Deus en ela pres carne e foi ome, ca des i
foi britad’ e mal apreso, e ja mais non cobrará.
O quinto don é çiente, que ouve grand’ e bon sen
a Virgen Maria, que a fez responder ben
quando ll’ o angeo disse que do que todo mantem
seria Madr’, e diss’ ela: “Por serva me achará.”
O sesto don piadade é que ouv’e á de pran
a quantos nas grandes coitas a chaman e chamarán;
e poren Santa Maria os peccadores la an
ante Deus por avogada, e per sempr’ assi será.
O septimo destes dões é aver Deus temor;
aquest’ ouv a Groriosa, pero sempre con amor;
e por aquesto foi ela Madre de Nostro Sennor
Jhesu-Christo, Deus e ome, que por sempre regnará.
Onde por aquestes sete dones lle devemos dar
loores e ar rogar-lle que nos faça perdõar
a seu Fillo os pecados, e que nos guarde d’errar,
de guisa que no seu regno vivamos con el alá.