El patrón de España en un manuscrito o «beato»
«Nosotros, Padre,
aunque no hemos visto con los ojos corporales
a tu Hijo encarnado, nuestro Señor Jesucristo,
en verdad sabemos, creemos y confesamos
que, contigo y con el Espíritu Santo,
es un solo Dios en la Trinidad;
que asumió nuestra carne mortal y la elevó hasta el cielo,
como prenda de nuestra salvación eterna.Te pedimos, Dios santo y misericordioso,
que esta confesión nos conduzca a la gloria;
que esta fe nos libre de la muerte eterna;
que esta esperanza consuele
a los que lloran en las dificultades presentes
y otorgue para siempre los goces eternos.
a tu Hijo encarnado, nuestro Señor Jesucristo,
en verdad sabemos, creemos y confesamos
que, contigo y con el Espíritu Santo,
es un solo Dios en la Trinidad;
que asumió nuestra carne mortal y la elevó hasta el cielo,
como prenda de nuestra salvación eterna.Te pedimos, Dios santo y misericordioso,
que esta confesión nos conduzca a la gloria;
que esta fe nos libre de la muerte eterna;
que esta esperanza consuele
a los que lloran en las dificultades presentes
y otorgue para siempre los goces eternos.
Cuando, al finalizar el curso de esta vida,
lleguemos a obtener el premio de la vocación cristiana
y veamos en la gloria de Dios
a Aquel que es la prenda de nuestra condición humana,
haz que nuestros cuerpos sean glorificados por Cristo,
tal como veremos en la gloria de su divinidad
al que es la cabeza de los que han sido salvados;
nosotros que somos miembros de nuestra Cabeza,
por los dones recibidos de su gracia,
elevemos a Jesucristo, nuestro Señor
el himno de nuestra redención».
Illatio Dom IV Cuar “Mediante”
Esta oración es «completa» y se puede rezar diariamente (como el Magníficat).
Ya la empezamos anteayer con motivo del día de la Magdalena.
Tan solo le falta, auque está en plural (nosotros), acentuar la dimensión horizontal terrenal comunitaria.y social. Si bien es cierto que se pide que «consuele
a los que LLORAN en las dificultades presentes» (los pobres, los que lloran, etc).
En toda esta oración se mira y anhela el final: «haz que nuestros cuerpos sean glorificados por Cristo,»
Me apunto a esta liturgia.de esperanza y fe con este «himno de nuestra redención».
Gracias