Se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
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Se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
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La celebración de la Pascua se continua durante el tiempo pascual.
Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el «gran domingo».
Ya desde su comienzo la Iglesia ha celebrado con una solemne vigilia nocturna la Pascua anual, solemnidad de las solemnidades.
Precisamente la resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza,
y por medio del Bautismo y de la Confirmación
somos injertados en el misterio pascual de Cristo, morimos con Él, somos sepultados con Él y resucitamos con Él, para reinar con Él para
siempre.
Esta Vigilia es también espera de la segunda venida del Señor.
(FFPP 80).
Jesús en los ‘infiernos’
se encuentra con toda la humanidad
para hacerle partícipe
de Su destino eterno.
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‘Día de la amargura’ llama san Ambrosio al primero del Triduo Pascual.
Amarga Pasión…
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Esta tarde inicia la entrega de Cristo,
la Pasión Gloriosa,
con la institución de la Eucaristía
que el Señor mandó celebrar a los apóstoles en su Memoria.
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Juan 12, 1ss
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
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