En la orilla del lago, la mañana de Pascua…
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle:
«¿Quién eres?»,
porque sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.