«El Concilio nos ha recordado con razón que liturgia significa también actio, acción, y ha pedido que se asegure a los fieles una una participación activa.
Pero este concepto nobilísimo ha sufrido una restricción fatal…
Se ha llegado a creer que sólo se daba “participación activa” allí donde tenía lugar una actividad exterior, verificable:
discursos, palabras, cánticos, homilías, lecturas, estrechamiento de manos…
Pero se ha olvidado que el Concilio, por participación activa, entiende también el silencio, que permite una participación verdaderamente profunda y personal, abriéndonos a la escucha interior de la Palabra del Señor».
He probado dos días de silencio en moz.com entrando y buscando varias veces al día. Es doble la disciplina.
Y hoy se elogia el silencio participativo…
Como dos afirmaciones suele ser una negación, rompo silencio..Y cito a Massignon-Hallash
«»Una sola mirada amorosa de Dios hacia esta tierra (tres cada veinte minutos sucede) atrae mas cerca de él al espíritu de un amigo de entre sus amigos y por ello mismo, él eleva al lugar así dejado vacante a uno de Sus íntimos, y otorga misericordia a setenta mil de entre aquellos que profesan la amistad por el amigo que él ha mirado primero.. Por este encadenamiento de asunciones, es a través de la santa amistad trabada entre algunas personas concretas y predeterminadas como se construye la eterna Comunidad: para que alli aparezcan, moduladas en toda belleza y verdad, proyectadas las líneas de nuestras vidas sobre el ciclo litúrgico fundamental. Diversas formas de la intimidad divinizadora realizadas en la turbación de nuestros sufrimientos y de nuestras obras, en unión con la voluntad creadora.»
Actividad a traves del silencio. Un concepto que muchas veces se olvida. En misa, sobre todo la misa de rito mozárabe, donde todo es movimiento, color, oración activa y canto, el silencio es difícil de compaginar esta idea de silencio. Pero se puede tener una actividad interior grande en silencio. Y de hecho de esta manera se puede «oír» mejor en la profundidad. Una «actividad» que complementa la exterior y es igualmente necesario.