
“Contemplando a María, la Toda Santa,
ya glorificada en cuerpo y alma,
la Iglesia ve en ella
lo que la propia Iglesia está llamada a ser sobre la tierra
y aquello que será en la patria celestial”.
Compendio del Catecismo, n. 199
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“Contemplando a María, la Toda Santa,
ya glorificada en cuerpo y alma,
la Iglesia ve en ella
lo que la propia Iglesia está llamada a ser sobre la tierra
y aquello que será en la patria celestial”.
Compendio del Catecismo, n. 199
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Desde que a mediados del siglo XIX Francisco Javier Simonet publicara su Historia de los mozárabes en España -una obra tan valiosa como polémica- la historia de los cristianos sometidos al Islam ha sido interpretada desde dos visiones claramente antagónicas. Por un lado, los que siguiendo a Simonet vieron en los mozárabes los sostenedores de la esencia y los valores culturales de los españoles. Enfrente, aquellos que los han desacreditado, acusándolos de formar parte de una comunidad fosilizada incapaz de hacer frente a la nueva realidad histórica que desde comienzos del siglo VIII se implantó en la Península Ibérica.
Es indudable que esta imagen negativa se ha forjado sobre la idealización del pasado andalusí y la visión maniquea de la existencia de dos sociedades: la tolerante y culta musulmana, y la de los fanáticos y retrógrados mozárabes. Sin embargo, la publicación en las últimas décadas de bastantes trabajos sustentados en el hallazgo de nuevas fuentes históricas o en la relectura cuidadosa de antiguos escritos ha supuesto una novedosa visión de la minoría cristiana en al-Andalus que intentó conciliar su pasado hispanogodo con la adopción de ciertos elementos de la cultura islámica.
A partir de estas nuevas aportaciones y desde diferentes perspectivas, en este II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes se va a reflexionar sobre su identidad y papel en la historia andalusí. Junto a esta mirada al pasado, se destacará la herencia viva de la liturgia mozárabe, así como la presente situación de las actuales comunidades cristianas perseguidas.
La elección de Córdoba como lugar de celebración no es una cuestión baladí ni caprichosa, pues la comunidad e iglesia mozárabe tuvo singular vigor en la antigua Bética y, sobre todo, en la capital del estado andalusí. Desde aquí y otras ciudades como Toledo, los mozárabes se enfrentaron con especial ahínco al poder Omeya.
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«Aleluya» en 1:48:38
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MARTÍNEZ TEJERA, A. M. (2006):
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En la noche santa de Pascua
hemos profesado solemnemente
la FE de la Iglesia
contenida en el Símbolo, el Credo.
Recordemos la enseñanza de san Pablo VI, Papa,
en el Credo del Pueblo de Dios:
Iványi-Grünwald Béla, Dudas de Tomás
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La celebración de la Pascua se continúa durante el Tiempo Pascual. Los cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección al Domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un sólo día festivo, más aún, como el “gran Domingo”.
Los domingos de este tiempo han de ser considerados y llamados “domingos de pascua” y tienen precedencia sobre cualquier fiesta del Señor y cualquier solemnidad.
Para los adultos que han recibido la Iniciación cristiana durante la Vigilia Pascual, este tiempo ha de considerarse como un tiempo de “mistagogia”.
Los neófitos, los recién bautizados en Pascua, tienen reservado un lugar especial entre los fieles durante todo el tiempo pascual en las misas dominicales. Los neófitos procuren participar en las misas junto con sus padrinos. En la homilía y, en cuanto sea posible, en la plegaria universal o de los fieles, se hace mención de ellos.
Es muy conveniente que los niños reciban su Primera Comunión en estos domingos pascuales.
Se ha de recordar y explicar en la catequesis, durante el Tiempo Pascual, el sentido del precepto de la Iglesia según el cual los cristianos que ya han hecho su primera comunión han de recibir la Eucaristía en este tiempo.
Se encarece que durante el período pascual y especialmente durante la semana de Pascua, se lleve la comunión a los enfermos.
(Cf. Fiestas Pascuales, nn. 100ss)
Textos de la misa en Rito hispano-mozárabe:
Textos propios de la Misa en la Octava de Pascua (Año I)
Para rezar hoy en familia:
Subsidio para el rezo en familia en el II Domingo de Pascua
Tierra Santa:
«La misericordia del Señor llena la tierra» (cf. Sal 33,5; 119,64)
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T. K. Richards, «No dudes»
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La espiritualidad hispana ha dado mucha importancia
-sobre todo en la octava-
al saludo pascual del Señor: Paz con vosotros.
“Un saludo que salía de la boca del Resucitado.
Este viejo saludo ha recibido un nuevo ser en la Pascua de Cristo; nuevo ser en un profundo sentido: lo que antes era un simple deseo, está ahora cumplido y cargado de santa realidad…
El Mesías prometido, portador de paz, se manifestó como realidad en Cristo. El sacrificio de su muerte derribó el muro que se interponía entre Dios y su creación. Sobre el altar de la cruz brilla el arco iris de la paz. Por eso, en la tarde del día de Pascua, Cristo resucitado muestra a sus discípulos las manos taladradas y el costado abierto. ¡Preciosos trofeos de victoria! Ellos son la prenda de la nueva paz.
“La paz sea con vosotros”.
Hoy, este saludo ya no es un simple deseo, sino un don. Don, en primer lugar, para un pequeño grupo de fieles que perseveraron a los pies de la cruz de su maestro.
Don también para todos aquellos, por quienes el Señor ofreció hasta la última gota de su sangre; ante todo para los patriarcas y profetas de la antigua alianza, cuya vida no fue más que una espera de esta luz; don, finalmente, para la inmensa muchedumbre de hijos de la Iglesia, no nacidos aún, para todos los rescatados del pecado y unidos de nuevo al Padre”.
Diethild Eickhoff, El saludo pascual del Señor
en Benedictinas de Herstelle,
Nuestra Pascua (1950), Madrid 1962, 259.262s.
Tienen el carácter de enseñanza sobre los contenidos de la fe». (J. Loring)
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Hoy recordamos a santa Casilda, santa andalusí (s. XI). El Santuario de Santa Casilda está situado en la comarca de la Bureba, en el término municipal de Salinillas (Burgos).
En época de pandemia seguimos orando, Misa de inicio de año 2021 (Concepción, Madrid)
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“Una primera corriente emigratoria, iniciada ya en el mismo siglo VIII, llevaría a cristianos hispano-visigodos a abandonar los dominios del Islam y buscar asilo y refugio en tierras de los reyes carolingios, contribuyendo al renacimiento de la Iglesia franca con figuras de primer orden como Teodulfo, arzobispo de Orleans, que gozó de toda la confianza de Carlomagno, San Benito Aniano, que dirigió la reforma monástica en todo el reino de Ludovico Pío, y Agobardo, arzobispo de Lyon, notable escrito y polemista”
La emigración mozárabe al Reino de León. Siglos IX y X en Mozárabes. Identidad y continuidad de su historia, Ant. Crist. (Murcia) 28 (2011) 99-117 [hic 115].
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Canto religioso alentejano (Portugal)