María, nueva Eva:
reina de la nueva creación

<<¿Hay mayor miseria para nosotros, sus descendientes,
que el hecho de que pecara Eva, la madre de nuestra desgracia?
Pero ¡Qué mayor dicha para nosotros!
Tú, Señor, has puesto a María bajo la sombra de tu amor incondicional.
Eva nos engendró miserables, destinados a la muerte,
María ha concebido al que es Dios y hombre,
restaurador de la ruina de antaño.
Había caído el hombre, reo de infausto pecado,
pero ha recibido de María otro hombre que es Dios
dispuesto a redimirnos>>.

 

Oratio alia Missa mariana lit. hisp.moz.

Ocho días después de la Asunción
contemplamos a la Madre con el Hijo,
Rey de reyes y Señor de señores.
El evangelio mariano por excelencia es Lucas;
su lectura sosegada puede ser el compromiso de este verano.

 

***
Bendición hispano-visigótica para las fiestas marianas:
Dios misericordioso, por el amor que tuvo a la Virgen, su Madre,
os dé su auxilio para la vida eterna.
R/. Amén.
Él, que es manantial de gracias
os infunda tales dones que os hagan más agradables a él.
R/. Amén.
Él os dé también una paz gozosa
que os permita crecer unidos en el seno de la madre Iglesia.
R/. Amén.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro,
que es bendito y vive y todo lo gobierna
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

 

2 comentarios en “María, nueva Eva:
reina de la nueva creación

  1. Ocho días después de la Asunción
    contemplamos a la Madre con el Hijo,
    Rey de reyes y Señor de señores.

    Ayer cantábamos en Festival camino de Santiago en Cancfranc una canción: «Señor de los señores» (Ya sayyida) y en el museo de Jaca contemplé un fresco del siglo XII de la Asunción, algo diferente.
    Lo pongo en web de Gothia, aqui no puedo.

    Ahora muchas horas camino a Frigiliana…pensando todo esto.

  2. El Dios misericordioso, por el amor a la Virgen, su Madre, nos da su auxilio para la vida eterna y para ésta. Dios siempre está con nosotros, a nuestro lado, en todo lo que hacemos y todo lo que nos sucede. Dios está ahí con un amor inconmensurable. No nos deja nunca, ni en las horas mas oscuras. El es manantial de gracias pero también de desgracias. Y es en esos últimos momentos que más necesitamos confiar en El.

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