Iglesia de San Roman de Moroso
Bostronizo. Arenas de Iguña CANTABRIA
Escondida entre los montes de Bostronizo, en una vaguada de no fácil acceso, esta pequeña ermita prerománica se presenta como una de las muestras más bellas y genuinas del arte mozárabe en Cantabria.
La primera información escrita que tenemos de San Román de Moroso es de 1119, fecha en que Doña Urraca, reina de Castilla, dona este Monasterio a la Abadía de Santo Domingo de Silos (Burgos).
El tipo de construcción es noble y de cierta calidad, sobresaliendo la perfecta adecuación de los volúmenes y la regularidad de sus proporciones -apenas llega a alcanzar los doce metros de longitud y los seis de anchura-. El edificio es de piedra, formado por sillares perfectamente escuadrados en las esquinas e hiladas de sillarejos en el resto de la fábrica.
La ermita que se cree fue fundada a principios del siglo X, fruto de las sucesivas oleadas de mozárabes que emigraban de Al-Andalus, sigue el tipo de construcción visigodo, con grandes sillares sentados en seco y juntas inclinadas o escalonadas en todos los ángulos.
Consta de una sola nave rectangular de gran altura, con techumbre de madera y cubierta a dos aguas. El arco triunfal, de herradura, separa la nave del pequeño ábside, casi cuadrangular, cubierto con bóveda de cañón. En el muro del ábside se encuentra un pequeño vano, también en arco de herradura, enmarcado en cruz patada.
La cabecera está orientada al Este, localizándose la puerta de ingreso en el muro norte, algo poco habitual. Este acceso presenta un arco de herradura, apoyado sobre columnas monolíticas y capiteles estriados.
En el apartado decorativo deben destacarse los bellos modillones de lóbulos que rematan los muros, sosteniendo el alero, y que llevan decoración de flores de cuatro y seis pétalos y esvásticas.
LOCALIZACION Y ACCESOS
En Las Fraguas se abandona la N-611 en dirección a San Vicente de Toranzo. Recorrido 1 km., en San Juan de Raicedo, una carretera local nos lleva a Bostronizo. Atravesado el pueblo, se puede seguir en coche 2 km. por una pista en dirección Norte que nos acerca a un caserío. Desde allí se debe andar hasta llegar a un precioso paraje donde, entre robles y junto a un arroyo, está la ermita.
Es ciertamente una iglesia preciosa. En verano suele haber una guía que explica la iglesia. Vale la pena visitarla.