Dias difíciles para la España rural.
Oramos por las víctimas y los damnificados.
***
Edículo sobre el sepulcro vacío de la Madre de Dios en el torrente Cedrón.
Dias difíciles para la España rural.
Oramos por las víctimas y los damnificados.
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Edículo sobre el sepulcro vacío de la Madre de Dios en el torrente Cedrón.
Siempre se puede rezar (o cantar) más.
Cantiga CSM-332 «Atan gran poder o fogo non á per ren de queimar»
(«El fuego no tiene tan gran poder para quemar como Santa María, cuando quiere, para apagar»).
Eduardo Paniagua · Alfonso X El Sabio
Pneuma PN-020 Cantigas de Castilla y León
https://youtu.be/lPV9iPe6VXg?si=nORYWrRbfAV9pAOF
CSM-332 León
La imagen de Santa María en el altar arroja su velo para apagar un fuego, que se hizo en la iglesia del Monasterio de Carrizo de la Ribela en León, fundado en el siglo XII. El fuego, uno de los cuatro elementos junto al agua, tierra y aire está ligado a los poderes del infierno. La melodía de esta Cantiga cubre una tesitura pequeña y su repetición produce un efecto de indecisión y monotonía debido al insistente ritmo yámbico. No por ello deja de tener un carácter misterioso, acentuado con las percusiones de varios gongs y del crepitar del fuego.
CSM 332
Esta es de cómo en un monasterio en el reino de León se produjo un incendio de noche y lo apagó Santa María con el velo que tenía en la cabeza
ESTRIBILLO
El fuego no tiene tan gran poder para quemar / como Santa María, cuando quiere, para apagar.
ESTROFAS
1 Pues, aunque Dios hizo del fuego un gran elemento, / y le dio el poder de quemar cualquier cosa, / mayor (poder) le dio a su madre, de la que quiso nacer / y después, en su misma carne, bajar a los infiernos.
2 En relación a esto os voy a contar un maravilloso milagro / que sucedió en Carrizo, y que por verdadero encontré, / un monasterio que está cerca de León y sé / que lo hizo Santa María para mostrar su santidad.
3 Aquel monasterio es de la orden del Císter / y hay ahí una imagen (de la Virgen) con su hijo, muy hermoso / niño, entre sus brazos y está bajo un chapitel / muy bonito y muy bien labrado que está sobre el altar.
4 Todas las dueñas de aquel convento tienen muy gran devoción / a esta imagen y a ella acuden de muy buena gana, / tanto de día como de noche, y hacen oración / y van con sus candelas para iluminar el lugar.
5 Sucedió una vez que echaron mucha paja / por toda la iglesia, y esto era necesario / porque hacía mucho frío, y además pusieron después / estadales encendidos, tal como solían hacer.
6 Y una monja encendió uno de aquellos estadales / entre el altar y el coro, y el fuego saltó a la paja / y enseguida se propagaron tanto / las llamas que casi alcanzan el altar.
7 Pero la Virgen Gloriosa no quiso consentirlo / ni permitió que aquel fuego se extendiese, / así que la imagen cogió el velo de la cabeza / y, en verdad, lo lanzó delante el fuego,
8 Y, después de eso, el fuego no quemó nada, / al contrario, se apagó enseguida para cumplir el gusto de la que tiene / los elementos bajo su poder, porque todos van o vienen / según su hijo ordena que hagan,
9 Y ordenó que el velo, más fino que el cendal, / pudiese aplacar el fuego y no permitiese que hiciese / más daño del que había hecho, por la gracia espiritual / de la Virgen, cuya apariencia tenía la imagen.
10 Entonces, la sacristana, que estaba dormida, se despertó / y se llevó a dos monjas con ella para tocar las campanas / y entró en la iglesia y, al entrar dentro, / vio todo esto que he dicho y enseguida lo fue a contar
11 Al convento donde dormía y dijo: «He venido / para mostraros un gran milagro que acaba de sucederme / y sé que en cuanto lo oigáis, diréis, por san Martín, / que nunca habéis oído hablar de otro mayor».
12 Entonces la abadesa, que era una muy buena mujer, / fue allá, y también el convento fue de buena gana / y al ver el milagro dijeron: «Es justo / que demos alabanzas a Santa María por eso».
13 Entonces todos empezaron a cantar, alabando / a la Virgen Gloriosa, Madre de Nuestro Señor, / y después se echaron en el suelo, rodeando el altar, / rezando sus salterios todo lo más que podían rezar.
El fuego no tiene tan gran poder para quemar…