Celebramos el 1700 aniversario del gran Concilio de Nicea, un acontecimiento crucial en la historia de todos los cristianos y en la unidad de la Iglesia. ¿Qué mensaje nos transmite hoy ese concilio?
El Concilio de Nicea marcó un hito en la historia del cristianismo. De acuerdo con las promesas de Cristo, el Espíritu Santo ha hablado y sigue actuando en la historia de la humanidad. Los Padres de Nicea, firmes en el kerigma de la Sagrada Escritura, definieron lo que la Iglesia cristiana había proclamado durante tres siglos mediante los símbolos bautismales, codificando la verdad proclamada en cánones. El Concilio despierta a los cristianos de las Iglesias de nuestro tiempo al hecho de que Cristo es verdaderamente el Logos, que se hizo carne, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, Homoousios , de la misma sustancia que el Padre. Pues si Jesucristo no fuera Dios, con el Espíritu Santo, una Trinidad consustancial e indivisible, la historia cristiana sería simplemente una hermosa filosofía ética y no la historia de la salvación. De aquí se derivan todas nuestras acciones, tanto de hoy como de mañana.
Mensaje de S.B. Bartolomé de Constantinopla.
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La fórmula ‘homousios’ aparece en la formulación de fe en la misa hispano-mozárabe.
¿Esto es sabiduría, reflexión, experiencia vital?
¿Palabras de un sabio escritor antiguo?
“No hay nada más humano, nada más divino, que saber decir: necesito”.
«En la sed de Cristo en la cruz podemos reconocer toda nuestra sed».
«Y aprender que no hay nada más humano, nada más divino, que saber decir: necesito».
«No temamos pedir, sobre todo cuando nos parece que no lo merecemos. No nos avergoncemos de tender la mano. Es precisamente allí, en ese gesto humilde, donde se esconde la salvación».
«Paradoja cristiana: Dios salva no haciendo, sino dejándose hacer. No venciendo al mal con la fuerza, sino aceptando hasta el fondo la debilidad del amor».
«Precisamente en el pedir —no en el poseer— se abre un camino de libertad, porque dejamos de pretender bastarnos a nosotros mismos.
En la fraternidad, en la vida sencilla, en el arte de pedir sin vergüenza y de ofrecer sin cálculo, se esconde una alegría que el mundo no conoce».
«Somos criaturas hechas para dar y recibir amor».
Audiencia de hoy 3 de septiembre 2025. León XIV