«La curiosidad –comentó el Papa Francisco – nos impulsa a querer sentir que el Señor está acá o allá; o nos hace decir: “Pero yo conozco a un vidente, a una vidente, que recibe cartas de la Virgen, mensajes de la Virgen”. Pero, mire, ¡la Virgen es Madre! Y nos ama a todos nosotros. Pero no es un jefe de la oficina de Correos, para enviar mensajes todos los días».
“Estas novedades – afirmó el Papa – alejan del Evangelio, alejan del Espíritu Santo, alejan de la paz y de la sabiduría, de la gloria de Dios, de la belleza de Dios”.
Porque “Jesús dice que el Reino de Dios no viene para atraer la atención: viene en la sabiduría”.
S. Braulio, obispo de Zaragoza, ya decía algo parecido en el lejano siglo VII.