Oración en el L aniversario del primer documento del Concilio Vaticano II: «Sacrosanctum Concilium»

adviento 117Oh Dios,
que «quieres que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad» (cf 1 Tim., 2,4),
«habiendo hablado a nuestros padres
por medio de los profetas» (cf Hebr., 1,1),
cuando llegó la plenitud de los tiempos enviaste a tu Hijo,
el Verbo hecho carne, ungido por el Espíritu Santo,
para evangelizar a los pobres y curar a los contritos de corazón.


En él, Sacerdote eterno,
se realizó plenamente nuestra reconciliación
y se nos dio la plenitud del culto divino.
La obra de redención humana
y de tu perfecta glorificación,
preparada por las maravillas
que obraste en el pueblo de la Antigua Alianza,
tu Hijo la realizó principalmente por el misterio pascual
en el que creemos que nació
«el sacramento admirable de la Iglesia entera».

Y, como Cristo fue enviado por ti, Oh Padre,
Él, a su vez, envió a los Apóstoles llenos del Espíritu Santo.
No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura
y a anunciar que, con su Muerte y Resurrección,
fuimos librados del poder de Satanás y de la muerte,
y conducidos a tu Reino,
también los envió a realizar la obra de salvación que proclamaban,
mediante los sacramentos,
en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica.

Así, desde sus comienzos,
la Iglesia, obediente al mandato de su Señor,
nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual:
leyendo «cuanto a él se refiere en toda la Escritura» (Lc., 24,27),
celebrando los signos y acciones de su gracia

En esta liturgia terrena preguntamos y tomamos parte
en aquella Liturgia celestial,
que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén,
hacia la cual nos dirigimos como peregrinos,
por eso, confesamos que la liturgia es la cumbre
a la cual tiende la actividad de la Iglesia
y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza.

Desde este convencimiento,
en el L aniversario
del primer documento del Sacrosanto Concilio Vaticano II,
te pedimos la fuerza de tu Espíritu
para seguir acrecentando entre nosotros la vida cristiana,
para adaptarnos mejor a las necesidades de nuestro tiempo
para promover la unión de cuantos creen en Jesucristo y
para fortalecer el anuncio del Evangelio a todos los hombres.

Venerando la memoria de la Toda Santa, la Madre de tu Hijo,
de los ángeles y los santos;
aguardamos el Adviento de nuestro Señor Jesucristo,
en el que nosotros seremos transfigurados
cuando venga glorioso desde el cielo. Amén.

Porque tú eres nuestra paz verdadera,
caridad indivisible;
tú, que vives contigo mismo
y reinas con tu Hijo y el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

Un comentario en «Oración en el L aniversario del primer documento del Concilio Vaticano II: «Sacrosanctum Concilium»»

  1. SENHOR envia o TEU ESPIRITO à minha vida constantemente e eu esteja atento à SUA ACÇÃO,a fim de eu saber exercer a minha missão profética de anuncio e de denuncia.

    SENHOR dá-me o espirito de discernimento a fim de me poder configurar CONTIGO e dizer como S PAULO já não sou que vivo é CRISTO que vive em mim

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