El profesor Félix Mª Arocena,
muy en línea con el bien hacer de colega,
nos envía este texto que está inspirado
en las Preces del <Temporal>
Liturgia de la Horas,
en uso en la abadía argentina de
santa Escolástica (Buenos Aires).

Son un ejemplo de oración contemplativa para este día.
Su mariología subyacente expresa en pocas líneas la espiritualidad
hispana y eclesial
sobre la Madre del Señor.

“ El amor del Verbo del Padre
-Hijo de la virginidad-
invadió a la más inocente hija de esta tierra (Card. Montini 25 marzo 1961) haciendo de ella un cielo para nacer en el tiempo; lo hizo para que su  voluntad, que ejerce su imperio en el cielo, se realice plenamente aquí en la tierra (Ibid.).

María es la lámpara viva
en quien resplandece
la Virtud del Altísimo,
cuya obediencia fue causa
de su grandeza.
En ella,
el silencio del alma perfecta
se hace palabra,
renaciendo así el coloquio
de los ángeles con el hombre inocente.
 
Por ella,
la carne de la Palabra eterna de Dios
se convierte en el reposo
donde descansa la Iglesia”.