Catedral Primada de Toledo
Podemos ver algunos usos interesantes que enriquecen
la praxis celebrativa:
Tras el altar está la Cruz de cuyos brazos penden el Alfa y la Omega.
En la mesa sagrada arden siete cirios.
Los diáconos visten dalmáticas:
este uso se contempla ya en el final del milenio en las Iglesias del Norte de España.
Beso del Evangeliario al inicio de la Misa:
presente en las fuentes antiguas de otros Ritos occidentales.
Bendición del diácono antes de proclamar el Evangelio:
presente en la praxis de Cisneros.
la procesión con el Libro se acompaña de música de órgano.
El diácono traslada el Libro cubierto con un velo humeral.
Durante la proclamación evangélica el turiferario está junto al ambón con el incensario humeante.
El Obispo bendice al pueblo con el Evangeliario y lo besa:
es una incorporación de la costumbre romana de la Misa episcopal.
Los dones del pan y del vino son cubiertos con un velo tras su colocación en el altar:
coincidiendo con la costumbre antigua de Occidente (liturgias galicanas, celtas, etc.)
El velo se retira tras la mención de los difuntos.
El Obispo ora ad Dominum, es decir, hacia Oriente.
Aunque la celebración en lengua española se cantan en latín los Dípticos, las palabras del memorial de la Prex mystica (consagración) y la oración dominical (Pater).
El Padre nuestro se canta con siete amenes comenzando la aclamación al Nomen tuum.
La comunión se distribuye a todos los fieles bajo las dos especies.
Tras el canto del salmo 33 Gustate et videte Aleluia se cantan otras piezas musicales (entre ellas Cantemos al Amor de los amores…)
No hay despedida diaconal pues a la Misa sigue la procesión con el Santísimo.
El Obispo se arrodilla para incensar el Santísimo Sacramento que el diácono coloca en la Custodia.
El coro canta el Pange lingua (more hispano).
EL SANTO para los santos.
Pareceu-me tudo com muita dignidade