De la Sevilla visigoda de S. Isidoro y más…
Artículo íntegro de Antonio Burgos: ¿Lai…? ¡Cá, hombre!
Dios, que está en San Lorenzo, nos libre de un populista y populachero Frente Popular, porque como son tan tolerantes (por la leche que mamó Lenin), van a por la Corona y van a por la Iglesia. Y en Sevilla, donde ese Frente Popular le dio a Espadas su Alcaldía de Perdedores, como les pilla más lejos la Corona, que aquí suena cofradía de vísperas con sabor y paladar antiguos, los del IU y los de Podemos, deseandito gobernar en plan Frente Popular y como si no hubiera caído el Muro de Berlín ni la URSS fuera ahora Rusia, van directamente a por la Iglesia. Y de momento, los muy contradictorios, ¿saben dónde han presentado ante la Prensa las medidas que llevan al pleno municipal de hoy para acabar en Sevilla con todo lo que huela a Iglesia? Pues…¡a la puerta del Palacio Arzobispal! Contradicción de las condiciones objetivas se llama eso en el lenguaje marxista. Pero de Mars, las chocolatinas que han retirado del mercado en un montón de países y que aquí están riquísimas. El rojerío municipal sevillano pide que se le quite al Arzobispo, al sucesor del San Isidoro del escudo de la ciudad, la condición de autoridad pública y de momento se van a su puerta a presentar las papelas demagógicas del pleno de hoy… con lo que lo siguen considerando autoridad. ¡Tequí í ya al Pumarejo! ¡Hombre, por Dios! Por ese Dios que negáis y en El que Sevilla cree tanto que hasta le pone nombres propios: Pasión, Gran Poder, Calvario, Sentencia, Misericordias, Tres Caídas, Salud, Buena Muerte, Cachorro, Cachorro mío…
Los rogelios municipales no sé en qué ciudad viven. Creen que toda Sevilla es una inmensa Corrala a su disposición. Una ciudad donde ellos son los Okupas del Ayuntamiento. Que creo que lo son. Más que representantes democráticos de unas ideas, se creen Okupas del Salón de Plenos. Como tales actúan. Como si el Ayuntamiento fuera una asamblea en una Corrala. ¿Pues no que piden que en la Muy Mariana Ciudad de Sevilla les quiten el nombre a todas las calles dedicadas a asuntos religiosos o imágenes devocionales? Adiós, calle San José. Adiós, calle María Auxiliadora. Adiós, plaza de la Magdalena. De momento hay que gastarse una fortuna en azulejos en Los Remedios, donde todas las calles llevan nombre de Vírgenes. Calles que ellos querrán dedicar a La Pasionaria, a Carrillo, a la Checa de Bellas Artes, a la Quema de Conventos, al Gulag y a otros personajes y hazañas de la dictadura del proletariado. Y de momento habrá que quitar su calle a Sor Angela de la Cruz, que esto es lo más grande del mundo. Si supieran Historia de Sevilla (que no tienen puta idea), sabrían que esa calle se la dedicó a la fundadora de las Hermanas de la Cruz no un Ayuntamiento franquista, sino el primero de la II República, al poco tiempo de morir la Madre de los Pobres en aquella casa (donde por cierto nació Fernando Villalón).
Dejo aparte el mal gusto y groserìa de pedir que el Ayuntamiento pida que se retire la denuncia por escarnio de la religión contra los promotores de la procesión del, digamos, Moño Insumiso. ¡Mira cómo no tienen co…staleros para hacer la procesión del Mahoma Insumiso! No, van a por la Iglesia. Y se meten en contramano, porque no saben que así van contra la mayoría aplastante del sentimiento religioso popular de los sevillanos. Mira cómo aquí no se atreven a hacer como la Carmena en Madrid, cuya última carmenada ha sido suprimir la Semana Santa y llamarla “Semana de las Festividades”. Si es por hacer laica a Sevilla, hijos míos, tenéis que empezar por echar abajo el Giraldillo, porque representa la Victoria de la Fe. De la Fe de Sevilla. Que es, además, la de muchos de vuestros votantes, que ven a la Virgen de su barrio bajo palio, se acuerdan de la estampa que su madre tenía en la mesilla de noche y se les caen dos lagrimones como dos boinas del Che Guevara. ¿Sevilla laica? ¿Pero en qué ciudad viven ustedes, señores rojeras del Ayuntamiento? ¿Lai…? ¡Cá, hombre! “Lai” de cola y “lai” de capa; “lai” de cíngulo y “lai” de esparto; “lai” de silencio y “lai” de Banda de Salteras…





¡Con Sevilla hemos topado! A los «rojeras» , de los que habla el articulista, les falta inteligencia ¡¡hasta para ser malos!! Tienen la torpeza de tocar la fibra sensible de un pueblo… ¡¡sin prever las consecuencias de su estupidez!! Con ese derroche de agudeza mental, han salido escaldados. El pueblo se ha echado a la calle, con respeto y con dolor. Esos lumbreras atacan las creencias del pueblo que dicen defender. ¿Defender? ¿De qué? ¿De quién? ¿De Quien hace que el sol salga cada mañana? ¿De Quien nos regala el aire que respiramos? ¿De Quien quiso morir por nosotros en una Cruz? ¿Alguna de esas cabezas pensantes puede hacer que brote el azahar? Negando lo evidente, se ponen en evidencia, señores. Tan evidente como que sientan al Enemigo a su mesa, y son utilizados como peleles sin criterio. Tienen ustedes la misma agudeza de la que no andan sobrados los «politiquillos» de Madrid: «Semana de las Festividades». ¡Qué despropósito más grande! Esa falta de respeto hacia millones de creyentes, demuestra la calaña de la que están hechos. Pero tenemos la respuesta: ORACIÓN, por nosotros y por ellos. «No quiero la muerte de mis enemigos, sino que cambien de conducta y que vivan».
Totalmente de acuerdo con la Señora Lupe zamorano y ratifico todo lo dicho por ella . Yo soy una de tantas personas que estuvimos delante del Ayuntamiendo dando fé de nuestras creencias y con la cabeza muy alta por creer en DIOS
Soy sevillano y orgulloso de mis tradiciones y de mi Fe, pero al Cesar lo que es del Cesar. La propuesta que se ha llevado al Ayuntamiento, en efecto, manifiesta la obsesión del rodillo secularizador por meter bajo llave la creencia, más allá incluso de lo meramente religioso, de todo un pueblo, como si fuera este el «mal» por antonomasia azote de la Humanidad, atacando siempre a la Iglesia, toque o no toque.
Sin embargo hay que leerla en profundidad, con objetividad, y conocer la ciudad: ¿limitar la participación de cargos públicos en desfiles procesionales? es algo que, salvo tradiciones seculares como la de la Hermandad de la Hiniesta, deberían de imponer las mismas Hermandades para evitar tanto figuroneo político de conveniencia delante de sus pasos en la calle: el que quiera salir en una cofradía que se haga hermano y vista su túnica.
¿El nomenclator de las calles? en ningún momento se habla de quitar las ya existentes, aunque cierto es que demustra intolerancia el querer prohibir que haya más, pero también es cierto el abuso de los últimos años en sustituir nombres históricos por el de devociones de reconocimiento muy reducido.
Por lo demás todo que los nuevos políticos van, en su estilo, también a la deriva como los antiguos. País corto de entenedederas este. Gracias por vuestro trabajo en esta web