Benedicto XVI hizo una importante llamada de atención en materia litúrgica:
» La liturgia es la celebración del acontecimiento central de la historia humana:
el sacrificio redentor de Cristo.
Mediante ella, da testimonio del amor con que Dios ama a la humanidad, y de que la vida del hombre tiene un sentido, que está llamada a participar de la vida gloriosa de la Trinidad.
La humanidad tiene necesidad de ese testimonio.
Tiene necesidad de percibir, a través de las celebraciones litúrgicas, la conciencia que tiene la Iglesia del señorío de Dios y de la dignidad del hombre».
Y exhortó a tres medidas concretas para ofrecer ese testimonio adecuadamente:
«Os animo a cultivar el arte de celebrar,
a ayudar a vuestros sacerdotes en ese sentido,
y a trabajar sin cesar en la formación litúrgica de los seminaristas y de los fieles»..
Por último, Benedicto XVI recordó que,
«el respeto a las normas establecidas expresa el amor y la fidelidad a la fe de la Iglesia, al tesoro de la gracia que custodia y transmite.
La belleza de las celebraciones, mucho más que las innovaciones y las adaptaciones subjetivas, evangeliza de forma duradera y eficaz».



