Bendito el que viene…

El Papa de Roma nombra al Rvdmo. P. José Cobo Cano
como nuevo arzobispo de nuestra diócesis de Madrid.
Oramos por el nuevo pastor que iniciará su ministerio
el próximo 8 de julio 2023 A.D.

2 comentarios en “Bendito el que viene…

  1. Sobre san Isidoro y la música. (Pablo Rodriguez Canfranc) Cantos de los antepasados.

    Existe una obra, Institutionum Disciplinae, que Ramón Menéndez Pidal atribuye sin dudarlo a Isidoro, a pesar de que otros expertos cuestionan la autoría, y en la que se expone el sistema educativo de esa sociedad hispanogoda en la que vivió nuestro arzobispo.

    En ella se destaca la importancia de la música entre las disciplinas que debe aprender un joven noble de la época:

    “Debe retener también el arte de la jurisprudencia, abarcar la filosofía, la medicina, la música, la geometría, la astrología, y de tal forma se halle adornado de estas disciplinas todas que no pueda de ningún modo parecer desconocedor de las artes más nobles.”

    De acuerdo con Menéndez Pidal, el mancebo de alta sociedad recibía enseñanzas de corte clásico, gramática y música, combinadas con otras de origen godo, de acuerdo con su interpretación de los contenidos del Institutionum, que dice literalmente “en el ejercicio de la voz debe cantar al son de la cítara gravemente, con suavidad, y no cantares amatorios o torpes, sino preferir los cantos de los antepasados (carmina maiorum), por los cuales se sientan los oyentes estimulados a la gloria”.

    Ramón Menéndez Pidal defiende que San Isidoro recomendaba educar a la juventud visigoda en los carmina maiorum o los cantos épicos que entonaban sus antepasados godos antes de las batallas, algo que a su juicio, era completamente ajeno a la costumbre romana.

    La finalidad de estas canciones era que los oyentes se sintieran incitados a la gloria.

    Y cita un testimonio del historiador griego Prisco que relató la reacción del público en un banquete del huno Atila en el que dos cantores comenzaron a recitar un poema épico: “Los convidados tenían los ojos fijos en los cantores: unos se deleitaban en la poesía; otros, recordando las guerras, sentían enardecerse su ánimo; otros, cuyo cuerpo enflaquecido por la vejez les condenaba a la inacción, no podían contener las lágrimas”.

    Las ideas sobre la música de San Isidoro son apreciadas y citadas profusamente a lo largo de la Edad Media por autores como Aureliano de Réomé, Hucbaldo, Engelberto, Aegidius Zamorensis, Jerónimo de Moravia, Odington o Marchettus de Padua.

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