El Funis es un cordón de lana auténtica
en memoria de Jesús, el Cordero de Dios.
Ya desde antiguo, para evitar la distracción,
los monjes se valían de un cordel de lana
salpicado de nudos
(100, 50 o 33 según los diversos usos)
que iban desgranando
al compás de las plegarias.
Este cordón de oración se comparaba
con la escala de Jacob
-elemento de subida al cielo-
y apreciado como la espada del Espíritu
-arma contra las tentaciones de Satanás-.
Algunos funis rematan
en una pequeña cruz redentora
o en una borla a manera de lágrima
en señal de penitencia por los pecados.






